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╰► a DANILO SÁNCHEZ fanfic.
ᴅᴏɴᴅᴇ
la uruguaya 𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀 𝐆𝐀𝐑𝐂𝐈𝐀 visita a su tía después del fallecimiento de su esposo, sin saber el barrio en el que se estaba metiendo.
o ᴅᴏɴᴅᴇ
𝐃𝐀𝐍𝐈�...
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Nos acomodamos en la mesa, incluso Danilo, como si ya fuera uno más de la familia.
—Dale, mamá, no la hagas tan larga —le digo sintiéndome re ansiosa por lo que sea que me quiere contar—. ¿Qué pasa?
—Graciela está re mal, muy mal —siento cómo su voz se corta, y no puedo evitar tener un nudo en la garganta—. Si la medicación no le pega bien, no le queda mucho tiempo...
Siento la mano del Uru en mi muslo, como si esa fuera su forma de darme ánimo en ese momento. Me levanto de golpe de la silla, ignorando las palabras de mi vieja y salgo para afuera. Apoyo la espalda en la pared y me deslizo hacia abajo, sentándome en el piso. La noticia me pegó como un baldazo de agua fría.
Llevo mis manos a mi cabeza, sintiendo como de a poco comenzaba a dolerme. Escucho como la puerta se abre, y aunque no lo vi, sabia de quién se trataba. Silenciosamente, se sienta a mi lado, dándome mi espacio.
—Clari —me llamó, casi en un susurro—. ¿'Tas bien?
Esa pregunta es el detonante cuando te sentís mal.
Las lágrimas comienzan a deslizarse rápidamente de mis ojos, y siento como mi corazón comienza a acelerar sus latidos. Lo escucho soltar un suspiro. Rodea mi cuerpo con sus brazos y me acerca hacia él, colocando mi cabeza en su pecho. Fueron minutos de estar nosotros dos, en silencio, compartiendo el mismo sentimiento de angustia. Sentí como descargué absolutamente toda la carga que tenía guardada en mi interior.
Levanté mi cabeza, topándome con su mirada.
—Tranqui, en unos día' se recupera —me sonrió tratando de transmitirme paz, y podría decirse que lo logró, pero sin embargo no me siento convencida de sus palabras.
Enero 17, 2023 Ciudadela, Tres de Febrero.
Reía a carcajadas por la anécdota que me contaba Danilo. Los dos caminábamos de la mano, yendo hacia lo de Carlos.
—Dale, boludo, ¿me estás jodiendo? —le pregunto tentada—. ¿Vos me decís en serio que cuando te portabas mal tu hermano metía tu cabeza en el inodoro?
—Te lo juro, boluda —afirmaba también riendo—. E' un personaje el Cochi, lo tene' que conocer algún día. Yo sé que le va' a caer bien.
—¿Vos decís? —digo imaginándome en un futuro almorzando junto a su familia—. Sería lindo.
Pero antes de que me responda, escuchamos unos silbidos a lo lejos. Nos damos vuelta al mismo tiempo, girando hacia el lado de donde provenían los sonidos.
