011 : despedida.

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Septiembre 10, 2022Ciudadela, Tres de Febrero

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Septiembre 10, 2022
Ciudadela, Tres de Febrero.

Empacar las últimas pertenencias con un nudo en la garganta es un acto que me despierta muchas emociones. Mis manos se movían con rapidez, guardando las cosas que me faltaban. Agradecía internamente que mi carga fuera liviana, apenas dos mochilas y una cartera.

Graciela ni se tomó la molestia de quedarse para despedirse. Se fue a laburar como normalmente lo hace, dejándome acá sola. Por una parte lo agradecía, ya que podia hacer todo tranquila sin la presencia de alguien más, pero por otra parte necesitaba sentir un poco de amor por su parte. Cada mueble, cada pared, cada esquina de esta casa tenia una historia, que estaba a nada de dejarla atrás.

Antes de irme, sentí la necesidad de cerrar un ciclo. Mis pasos me llevaron hacia su puerta, la cual abrí y cerré por ultima vez.

Al poco tiempo, golpeé con mi mano la entrada de la casa a la que había recurrido un par de veces. Inmediatamente fue abierta.

—Clari —mencionó cálidamente con una sonrisa en sus labios, pero se desvaneció al notar mi rostro—. ¿Pasa algo?

—Me vuelvo a Uruguay —anuncié y una expresión de sorpresa se dibujo en él.

—Pero... ¿Por qué? —su voz reflejaba la confusión.

—En algún momento tenía que suceder —mi respuesta, que parecía bastante tranquila, verdaderamente estaba llena de tristeza—. Quería avisarte antes de irme. Y también, para mandarle saludos a Mariela.

—Pero... ¿y el Uru? —el apodo resonó en mis oídos como un eco—. Hoy es su cumpleaños.

El mundo pareció detenerse por un instante. ¿Hoy era su cumpleaños? Nunca me lo había mencionado.

—¿En serio? —mis ojos se humedecieron con la emoción contenida, pero desvíe mi mirada hacia otro lado, tratando de disimularlo.

—Sí, boluda, hoy mismo —su voz transmitía preocupación—. No sé qué pasó entre ustede', pero tendría' que ir a verlo un rato, para que se quede tranquilo.

Me acerqué a él y lo rodeé con un abrazo,un último vínculo antes del adiós.

—Te dejo entonces —murmuré—. Quién sabe si nos volveremos a encontrar, pero podemos seguir en contacto por mensajes.

—Voy a escribirte, Clari —parecía una promesa, pero yo ya no creo en eso—. Anda, el otro te necesita. Seguro que está en la canchita.

❝𝐂𝐀𝐌𝐈𝐍𝐎𝐒 𝐂𝐑𝐔𝐙𝐀𝐃𝐎𝐒❞   | danilo sánchez (matias recalt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora