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╰► a DANILO SÁNCHEZ fanfic.
ᴅᴏɴᴅᴇ
la uruguaya 𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀 𝐆𝐀𝐑𝐂𝐈𝐀 visita a su tía después del fallecimiento de su esposo, sin saber el barrio en el que se estaba metiendo.
o ᴅᴏɴᴅᴇ
𝐃𝐀𝐍𝐈�...
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Enero 8, 2023 Ciudadela, Tres de Febrero.
Me desperté con el ruido ensordecedor del celular de mi vieja. Puso la alarma re temprano, y encima tiene puesto un sonido de una canción de Enrique Iglesias. Demasiado terrible el asunto.
Al abrir los ojos, los recuerdos de la noche anterior me pegaron de golpe, y una sonrisa de oreja a oreja se me plantó en el rostro.
Después de levantarme de mi —intento de— cama, fui directo a la cocina, donde ya estaban las dos reinas del desayuno, mi vieja y Graciela, mateando. Me sumé al ritual, sirviéndome un cafecito y mandándome una tostada.
—¿Por qué tanta alegría a esta hora, che? —tira Amelia, mi vieja, con una ceja levantada, notando mi sonrisa medio sospechosa y más a este horario.
¿Tan obvia soy?
—¿No escucharon ruidos raros anoche? —salta Graciela, echándome el ojo—. Pensé que nos estaban robando.
—Ah, no sé. Yo me planché y no me di ni cuenta de nada.
Imposible que vos lo escuches, mami. Estabas roncando como un oso en hibernación.
—Ni idea, yo no escuché nada—suelto claramente mintiendo, sabia perfectamente de qué hablaba—. Además, duermo del lado de la ventana, así que si entraron claramente lo hubiera escuchado.
—¿Y quién dijo que el ruido venía de tu cuarto? —plantea la tía con su taza en alto, mirándome con esos ojos que te escanean hasta el alma.
Metí la pata sola, más boluda soy.
—Bueno, lo asumí, no sé —me encojo de hombros, removiéndome incómoda en mi lugar.
La oleada de recuerdos me golpeaba de la nada sin previo aviso, en cualquier momento y lugar, sin importarle un carajo. Estábamos con Amelia plantadas en los bancos, esperando que Graciela saliera del consultorio, y de la nada, se me aparece en la cabeza la imagen de cuando se sacó la remera.
La reputa madre. ¿Justo ahora tiene que ser?
Siento un hormigueo en el estómago. Cruzó las piernas y carraspeo, ganándome una mirada interrogante de mi vieja.
—¿Todo bien, Clara?
Asiento con la cabeza.
Agarro el celular para distraerme un poco y lo desbloqueo. Me salta una notificación de un número desconocido. Abro el chat con cautela, rezando para que no sea algún loco que me quiera hacer un rapto exprés.
