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Después del viaje, parecía que habían salido de la ciudad, llegando más allá, Gold estacionó su auto, ambos bajando del vehículo.

Fred: ¡Vaya, es el mar!.

Grito con emoción al ver el gran océano frente a él.

Fred: Dijo que sería un poco alejado de las personas, pero no creí que tanto.

Comenzó a reírse, sacando su celular y tomándose una foto con el fondo del mar.

Fred: Pero esta bien, yo estoy feliz de estar contigo~.

Hablo coqueto, con su sonrisa juguetona.

Fred: Bien, dime ¿Qué sigue?.
Gold: Hay una cafetería tranquila por aquí, he ido algunas veces, pocas, pero tiene un ambiente calmado y su café es bueno, además de sus postres.
Fred: De acuerdo.

Sin espera y como Gold sabía, Fred se apegó a él, abrazando su brazo, cosa que ya se acostumbró y no le importó mucho, igual, la gente no era mucha y no les prestaban atención.
Caminaron con tranquilidad y llegaron al establecimiento, buscaron una mesa, siendo una cerca de la ventana, un mesero se acercó y ordenaron para tomar y comer algo, anotó con rapidez, para irse después.

Fred: Entonces ¿Cómo se siente estar en una cita con un chico perfecto, guapo, sexy, menor que tú, estando casado?.

Pregunto con su sonrisa característica, Gold suspiro, viendo hacia el lado de la ventana.

Gold: Me siento mal por mi esposa, que esta trabajando arduamente en otro país y yo aquí engañandola con un chico menor que yo, que es mi estudiante y nieto de mi jefa.
Fred: No es la respuesta que esperaba, pero no la estas engañando, ya que solo cumples con una apuesta que tú mismo hiciste.
Gold: ¿Eso debería hacerme sentir mejor?.
Fred: Exacto, o si prefiere, puedo hacer que este muy bien con otras cosas en las que soy perfecto haciendo.

Aquello lo dijo coqueto y seductor, acercándose al rostro de Gold, picando su nariz con suavidad e infantilmente, luego alejándose y volviendo a su asiento.

Fred: Solo si quiere~.

Canturreo, haciéndole gracia a Gold su actitud, riendo con suavidad, pareciendo lindo a los ojos de Fred, no lo había visto sonreír antes.

Fred: Es muy guapo cuando sonríe.

Halago al contrario, Gold poniéndose rojo y volviendo a su expresión neutra, ahora quien reía, era Fred por tal cambio de faceta.

Fred: Sigue siendo muy lindo, me gusta mucho... Cada expresión que hace, conocerlo poco a poco.

Acercó su mano a la de Gold, rozando con suavidad, queriendo tomarla y entrelazarla con la suya, las zonas de los pequeños toques que hacia Fred, se sentían cálidas.

Fred: ¿No quiere tomar mi mano?~.

Gold le miró, aquellos ojos de un bello color le veían con seducción, como si solo con el choque de sus miradas le hechizara, que solo bastaba eso para hacer lo que el contrario quiera, iba a tomar la mano de Fred, pero antes de hacerlo, el mesero llegó, poniendo las bebidas y postres que habían ordenado sobre la mesa, retirándose después de cumplir con su trabajo.

Gold: C-Comamos.

Cerca, estaba cerca de tomar la mano de Fred, no sabía si se sentía aliviado de no hacerlo o enojado por no haberlo hecho, últimamente sus emociones se peleaban y contradecían.
Miró a Fred con discreción, este ordenaba un poco su bebida y su postre, para tomarle una foto, no le sorprendía, ya que la mayoría de los chicos de su edad hacían eso, lo cuál no entendía mucho.

𝐀𝐜𝐮𝐚𝐫𝐞𝐥𝐚𝐬 𝐃𝐞 𝐀𝐦𝐨𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora