Capitulo 21

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.Ilaria.

Los sentimientos que invadian su interior no son los que en algún momento creyó tener cuando imaginó llegar al reinado, sabía que luego de convertirse en la heredera esa sería su obligación, y aunque era un honor también le aterraba. Le aterraba por el motivo que ahora rondaba sus pensamientos, la muerte de su tio, y le aterra por todo lo que vivían actualmente, la guerra con Ikary.

Al imaginarse su futuro, se imaginaba paz y tranquilidad, no muerte y batallas. Y sabía que eso era lo que vendría.

Esos eran sus pensamientos, sentada sobre el alféizar de la ventana de su recamara observando la oscuridad de la noche en el exterior. La brisa golpeaba contra ella mientras enrredaba los dedos sobre su cabello. La preocupación que llevaba en su interior por todo lo que se acercaba, trataba de saciarla pensando en la tranquilidad con la que se movían las hojas de los árboles con el veraniego viento que habia dejado el otoño pasado.

Aquel era el aire que se respiraba últimamente en aquel palacio, la inquietud ante todo lo planeado, la preocupación por todo lo que podría pasar, y el no saber que clase de peligro se correría. Y eso era todo lo que ella habia querido olvidar ese día, esa noche. Por un instante deseaba ignorar todo lo malo que ocurría a su alrededor, lo que ocurría en su nuevo reinado.

Su mirada viajó hasta aquella persona no muy lejos de ella, sentada sobre la cama que, con un espejo sobre su mano, limpiaba la herida sobre su mejilla. Con un paño que remojaba ciertas veces con ayuda de un tazón, tocaba lentamente la herida a la cual había quitado finalmente las suturas, aunque no había cicatrizado del todo.

Ella veía como el rostro de su esposo se contorsionaba en una mueca cada vez que sus grandes manos rosabana la herida. Por lo que se alejó de la ventana y se acercó hasta él, sentandose a su lado.

Él la observó en silencio mientras ella tomaba con suavidad el paño que él sostenía y lo remojaba antes de encargarse de su herida con sus propias manos. Él apartó su mano, con las mangas de la camisa blanca que llevaba humedas. Giró un poco su rostro dandole a ella la libertad de atenderlo, aunque fue evidente escuchar el resoplido tan disgustado que él soltó.

—Solo es una herida, mi amor, ya sanará—dijo sin dejar de hacer lo que un enfermero haría, pero sabía que Hizzan no deseaba que nadie más se encargara de esa herida, no lo había dejado en días—No veo por qué te molesta.

Otro resoplido.

—No es solo la herida. Es por todo lo que lleva detrás—respondió con la voz apagada.

—No entiendo, ¿De qué hablas?

La pausa que se extendió entre ellos le hizo dudar si él respondería. Las venas de su cuello comenzaron a palpitar, y la piel bajo sus manos se tensó en un instante tan repentino que hizo que ella dejara de curar su herida para mirarlo a la cara. Veía en él la sombra de una ira inmensa reflejada en sus ojos, como un recuerdo oscuro, uno que aborrecía.

—¿Hizzan?—insistió ante el silencio.

Él finalmente levantó la mirada sobre ella.

—Fue Zadckiel quien me hizo esto—pronunció dejando anonadada a Ilaria.

—¿Zadckiel? ¿Tú...luchaste con él?

Él bajó su mirada.

—Si, lo hice—respondió apretando sus manos—Ambos lo queríamos, ambos habíamos esperado ese momento por mucho tiempo, y finalmente ahí estábamos. Luché con él con todo lo que tenía, y podría haber seguido sin ningún problema. Pero luego...

—¿Que pasó?—preguntó dado el silencio.

Hizzan suspiró pesadamente.

—Zadckiel confesó que habías escapado, que habías corrido hacia el bosque y que te habían perdido de vista. Supuso frente a mi una de las posibilidades más nefastas y...todo mi interior se rompió—esas palabras salían de su boca como un susurro—El miedo comenzó a surgir, imaginándome mil posibilidades de lo que pudo haberte pasado sola en ese tiempo en el bosque, a la deriva. Y cometí el primero de los errores que todo guerrero aprende a evitar,... bajé la guardia—la amargura clara en su voz—Por más que traté de reponer mi error, ya era tarde. Sin darme cuenta tenía sobre mi a Zadckiel, dispuesto a todo, lo veía en sus ojos—hizo una pausa en la que sus recuerdos parecieron pasar delante de él—Jamás olvidaré sus palabras, ¿Crees que la princesa seguiría amándote aún si te pareces al ser que más odia?

CORONA DE SANGRE {Los cuatro reinos #2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora