.Ilaria.
El ambiente en el lugar irradiaba un fulgor especial, combinado con una serenidad palpable, a pesar de estar inmersos en uno de los momentos más trascendentales de sus vidas.
Tras las puertas que los separaban del salón del trono, se vislumbraba una organización meticulosa. El salón estaba decorado con esmero para la esperada coronación, cada detalle pensado durante semanas. Las flores adecuadas, la música perfecta, la comida indicada, los invitados satisfechos. Todo el trabajo arduo había tenido los mejores resultados.
Ilaria experimentaba una mezcla de emociones: Miedo, nervio, emoción y determinación. Y, a su lado, su esposo mostraba signos similares, conscientes del peso de lo que estaba por venir. Lo veía en su ojos, perdido en la madera de la puerta que los separaba de aquello que marcaría el resto de sus vidas. Aunque sentía miedo ante el desafío que se presentaba, Ilaria sabía en lo más profundo de su corazón que daría lo mejor de sí mismos para gobernar con la misma justicia y ternura que su tío. Lo haría en su honor.
Si bien el día entero de su coronación fue planeado meticulosamente, también lo fueron sus vestuarios. Ostentosos y llamativos, más de lo que acostumbraban, pero sin apartar ese toque de sencillez que los caracterizaba.
Para ese momento, Ilaria lucía un vestido magnífico color azul, confeccionado en seda real y adornado con detalles de encaje y bordados dorados que resaltaban su elegancia y distinción; mientras, su cabello iba semirecogido en un elaborado peinado adornado con joyas reales. Hizzan, por su parte, vestía un traje ceremonial elaborado con telas de la más alta calidad, con detalles en oro que reflejaban su estatus como consorte de Armar. Además, portaba una espada ceremonial a su lado como símbolo de su deber y protección hacia el reino y su esposa. Juntos, irradiaban majestuosidad y solemnidad mientras ascendían al trono.
Finalmente, luego de varios minutos de aceptación, una mirada cómplice entre ellos dos y una sonrisa marcó su determinación. Sintiendo la compañía del otro, tomaron sus manos y las estiraron levemente frente a ellos, simbolizando la unión con la que asumían su lugar.
Seguido, las puertas se abrieron. Al entrar al salón, el camino marcado entre los presentes marcó su dirección. Caminaban entre los invitados hacia los tronos elevados, recién construidos para la ocasión y los años venideros, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros.
Avanzaban viendo las miradas sonriente de los presentes, y el orgullo en los ojos sus conocidos principales: La familia real de Kemp, la reía de Tetris y su mensajero, y los futuros reyes de Ikary; todos en al primera fila. Todos sonreían orgullosos ante aquello que ese día cumplían con el papel más importante de sus vidas, pero Ilaria sabía que también se enorgullecian ya que conocían todo lo que tuvieron que atravesar para llegar a ese momento.
Aquella fila habían sido los pilares que los habían sostenido en los momentos de tempestad y dolor. Dyron y Astrid, fieles compañeros Ilaria desde el momento en que abandonó por primera vez su hogar, ellos nunca la dejaron sola; la reina Atrís y Rhadamanthus, aquellos que cuidaron de ella y le brindaron la seguridad y ayuda luego de los momentos más traumáticos de su vida, ellos le devolvieron la vida. Y así, sabía que no solo ella había recibido ayuda; Hizzan había encontrado también su apoyo. El rey Dhoss, quien brindó su ejército en la guerra y siempre estuvo de su lado, y Galen, quien se habia convertido en un amigo incondicional y siempre estuvo para él aconsejandolo y escuchándolo; ellos le devolvieron la esperanza. Contando el apoyo moral que a lo lejos brindaban la reina Emery, y la princesa Devika; todos ahí se habían vuelto uno solo.
Al final del salón, subiendo las escaleras, se encontraban allí los dos tronos de piedra recién construídos.
Siguiendo la tradición, se construyeron días cercanos a la coronación, como un símbolo de la nueva cabezas que liderarian el reino. Misma tradición que se siguió cuando el difunto rey Evander fue coronado junto a su esposa Darya, cuyo trono fue retirado tras su muerte, dando paso a la remodelación para el del rey.
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CORONA DE SANGRE {Los cuatro reinos #2}
FantasíaReinar no es solo llevar una corona, es soportar el peso de un reino sobre los hombros, donde cada decisión puede forjar o destruir. Es caminar la delgada línea entre la justicia y la compasión, enfrentando tormentas que pocos comprenden, con una fo...