Capitulo 22

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Advertencia: Capitulo largo.
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.Ilaria.

El ambiente nocturno envolvía su llegada mientras Ilaria se acercaba a caballo al pueblo en compañía de Hizzan. La oscura noche se teñía de un resplandor plateado gracias al brillo de la luna que iluminaba su camino, destacando la silueta de los edificios y casas del pueblo.

A pesar de la serenidad aparente, en el corazón de Ilaria se libraba una tormenta de emociones. La ansiedad y la anticipación se entrelazaban en su ser, tejiendo una red de sentimientos que la embargaban. Sabía que lo que estaba a punto de suceder requería valentía y honestidad, pero la incertidumbre la envolvía como una niebla espesa.

La presencia reconfortante de Hizzan a su lado, cabalgando juntos en la quietud de la noche, no eliminaba la inquietud que pesaba en su mente. Ilaria se sentía insegura, no tanto por sus propios actos, sino por la incógnita de la reacción de Hizzan a lo que vendría. La confesión que estaba a punto de hacer, la verdad que se disponía a revelar, estaba cargada de un peso emocional que resonaba en el eco del silencio nocturno.

El viento susurraba suavemente entre los árboles mientras avanzaban, como si la naturaleza misma anticipara el momento crucial que estaba por desplegarse. Ilaria, con el corazón latiendo con fuerza, se esforzaba por encontrar y prácticar las palabras adecuadas, consciente de que el destino de la estabilidad de Hizzan.

En la penumbra de la noche, el pueblo se acercaba, y con cada paso, el pulso de Ilaria reflejaba un sinfín de emociones que la embargaban.

Podía percibir la creciente confusión en Hizzan mientras cabalgaban juntos. A pesar de que la noche se desplegaba como un manto oscuro, no podía ocultar la incertidumbre que se reflejaba en los ojos de su esposo. La urgencia de la situación se intensificaba con cada galope de los caballos, y el desconcierto de Hizzan se volvía palpable. A su lado, Ilaria podía sentir su mirada inquisitiva, como si su presencia misma fuera una interrogante sin respuesta.

La decisión de sacarlo del palacio en medio de una peligrosa guerra había sembrado en él un cúmulo de preguntas sin resolver. Aunque llevaban consigo a cuatro guardias de confianza, que cabalgaban discretamente unos metros más atrás, la tensión en el aire era evidente.

Ilaria, consciente de la necesidad imperiosa de explicar sus acciones, apretaba las riendas de su caballo con determinación. No quería correr riesgos. innecesarios, y la presencia de los guardias proporcionaba una capa adicional de seguridad. Sin embargo, sabía que la verdad debía ser compartida, incluso en medio de la oscuridad y el caos de la guerra.

Cada latido de su corazón resonaba con la gravedad de la situación. Comprendía que, a pesar de las circunstancias adversas, era esencial que Hizzan entendiera el porqué de su huida nocturna.

A medida que se acercaban al pueblo, la tensión en el ambiente era palpable, pero ella mantenía la determinación de enfrentar la verdad, convencida de que era necesario asumir riesgos para salvaguardar no solo su propia vida, sino también el destino que compartían.

A medida que avanzaban por las calles del pueblo, se dirigieron hacia una parte más apartada y menos transitada. Era un rincón que parecía haber eludido la presencia habitual de los lugareños y turistas. Ilaria, a pesar de conocer bien el pueblo, se sorprendió al encontrarse en una parte que no recordaba haber atravesado jamás.

El lugar, aunque pintoresco, emanaba una humildad y pobreza que que no solía parecerse a lo que se había acostumbrado a concer desde pequeña. Las casas de techos bajos y callejones estrechos parecían guardar historias silenciosas y secretos humildes. La tranquilidad reinaba en aquel rincón, y la escasa presencia de personas permitía que el sonido de los cascos de los caballos resonara de manera más nítida.

CORONA DE SANGRE {Los cuatro reinos #2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora