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El ambiente vibrante en la cancha anunciaba el inicio de la tan esperada temporada dominical. Los amigos de Dan no perdieron la oportunidad de sumergirlo en su característica lluvia de bromas antes del partido, y la presencia de los gemelos solo amplificó la burla hacia él.

"-Hey, Dan, ¿estás listo para deslumbrar a los gemelos con tu increíble destreza en la cancha?" - Emmanuel soltó una risa contagiosa mientras hacía la pregunta.

Jean Paul, con su característico tono bromista, añadió: "-Asegúrate de no eclipsar demasiado su brillante juego, ¡no vaya a ser que se sientan amenazados por tu talento!"

Las risas llenaron el aire, y aunque Dan sonrió, la tensión en su interior era evidente. Los juegos previos de la pretemporada habían aumentado la expectación, y ahora, con la temporada oficialmente en marcha, la presión era palpable.

El partido comenzó con una intensidad inigualable. Dan se encontró en varias ocasiones compartiendo la pista con los gemelos, y cada interacción se convertía en un pequeño espectáculo para sus amigos. Sin embargo, un momento crítico llegó cuando Diego, el gemelo más serio, le pasó el balón a Dan.

En un giro inesperado, Dan perdió el control del balón, cometiendo un error que no pasó desapercibido para Diego. La reacción de Diego fue inmediata y contundente.

- ¡Eres un desastre! - gritó Diego, su voz resonando con desdén. - ¡Eres malo y tonto!

La crítica de Diego dejó a Dan en un estado de desconcierto, pero antes de que pudiera reaccionar, Iván intervino. Con una expresión seria, se acercó a su hermano y le dijo algo en voz baja. La defensa de Iván tomó a Dan por sorpresa, y aunque la situación era incómoda, también era reveladora.

A medida que el partido continuaba, Dan, motivado por el incidente, decidió demostrar que no era tan malo como lo retrataban. En un momento crucial, Emmanuel le pasó el balón, y Dan, con determinación, lanzó un tiro desde media distancia. El balón atravesó la red justo cuando sonaba la chicharra, asegurando la victoria para su equipo.

La canasta ganadora desató la euforia entre sus amigos. Abrazos, gritos de emoción y palmadas en la espalda llenaron el aire todos se acercaron para felicitar a Dan, sus ojos brillando con admiración sincera. La forma en que Dan respondió a la felicitación de Iván fue diferente a cualquier interacción anterior. Sus corazones latían al unísono, y en ese momento, Dan se dio cuenta de la verdad: estaba enamorado de Iván.

La mirada de desprecio que Diego le lanzó no pudo opacar la alegría de la victoria. Sin embargo, sus amigos, ajenos a la revelación interna de Dan, continuaron con las bromas, pero esta vez, la victoria había cambiado el tono.

"- ¡Oh, mira al 'héroe' de hoy! - bromeó Jean Paul, sin saber que sus palabras resonaban de manera diferente en el corazón de Dan.

Al llegar a casa, Dan se encontró con la invitación de Emmanuel para reunirse en su hogar junto con los demás amigos. La energía que había caracterizado el partido aún se mantenía, y la anticipación de compartir la victoria y la diversión postpartido llenaba el aire.

La sala de Emmanuel pronto se llenó de risas y charlas animadas. Aunque el ambiente era festivo, Dan podía sentir las miradas cómplices de sus amigos, y no pasó mucho tiempo antes de que las bromas comenzaran.

"- ¡Vaya, Dan, ¡pensé que los gemelos iban a tener que enseñarte a jugar después de ese error!" - exclamó Jean Paul con una sonrisa juguetona.

Emmanuel se unió a la diversión: "-Sí, parece que la canasta ganadora fue más suerte que habilidad. ¿Quizás deberíamos pedirle a los gemelos que te den unas lecciones privadas?"

Las risas resonaron en la habitación, pero para Dan, cada comentario era como una punzada de nerviosismo. Trató de mantener una expresión despreocupada, pero en su interior, la confusión sobre sus sentimientos y las burlas de sus amigos crearon una mezcla incómoda.

La conversación se desvió hacia otros temas, y la noche continuó con risas y complicidad entre amigos.

Al final de la reunión, cuando cada uno se dispersó hacia sus hogares, Dan se quedó con sus pensamientos. La dualidad de emociones lo dejó reflexionando sobre su relación con Iván y la manera en que sus amigos percibían cada interacción. La cancha, ahora en su forma tranquila y despejada, parecía ser el único testigo silencioso de los desafíos y descubrimientos que aguardaban en las siguientes etapas de la temporada.

Queridos lectores, ¡gracias por acompañarme en este emocionante episodio de baloncesto y amistad! La cancha ha sido testigo de risas, bromas y, por supuesto, momentos que han dejado a nuestros personajes intrigados. La temporada apenas comienza, y las dinámicas entre Dan, Iván y sus amigos prometen más sorpresas. Estén atentos para descubrir cómo se desarrollan los eventos en el siguiente capítulo. ¡Hasta la próxima canasta! 🏀✨

Amor en Doble JugadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora