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El gimnasio resonaba con el sonido de zapatillas chirriantes y el golpeteo constante de la pelota contra el suelo. Dan y el equipo estaban inmersos en un intenso partido contra sus rivales, con la tensión en el aire palpable.

Durante el juego, Dan y Iván se complementaban perfectamente en la cancha. Había una sincronía natural entre ellos, como si pudieran leerse mutuamente sin necesidad de palabras. En un momento crítico, Iván interceptó un pase y lo envió a Dan con un gesto rápido y preciso. Dan atrapó la pelota y realizó una jugada impresionante, anotando un punto crucial para su equipo.

Después de la jugada, Dan y Iván se encontraron con una sonrisa compartida y un ligero choque de puños en señal de celebración. Era un gesto simple pero significativo, que reflejaba la camaradería y la confianza que compartían en la cancha.

Mientras el partido llegaba a su fin, Dan y Iván se encontraron en un momento de pausa antes de volver al juego. Se miraron el uno al otro con complicidad, compartiendo un breve intercambio de palabras de ánimo y apoyo mutuo.

-"Vamos, Dan, sabemos de lo que somos capaces. Sigamos luchando hasta el final", dijo Iván, su voz llena de determinación.

Dan asintió con determinación, sintiendo un impulso renovado por las palabras alentadoras de Iván. "Tienes razón, Iván. Vamos a darlo todo y ganar este partido juntos", respondió Dan, con una determinación ardiente en sus ojos.

Con el espíritu renovado, Dan e Iván regresaron al juego con renovada energía, decididos a dar lo mejor de sí mismos por su equipo.

Después del partido, Dan y el equipo se reunieron para recoger sus cosas y dejar el gimnasio. Mientras todos charlaban animadamente sobre el juego, Dan sintió un nudo de nerviosismo en el estómago mientras se acercaba a Iván.

Con el corazón latiendo con fuerza en el pecho, Dan se armó de valor y se acercó a Iván con determinación. "Iván...", comenzó, su voz temblorosa por la emoción y los nervios. "Necesito decirte algo".

Iván se volvió hacia Dan, sus ojos oscuros llenos de curiosidad y anticipación. "¿Qué pasa, Dan?", preguntó con suavidad, su voz llena de calidez y amabilidad.

Dan tragó saliva y reunió todo su coraje antes de hablar. "Es solo... quiero que sepas que... me gustas, Iván. Realmente me gustas", confesó, su voz apenas un susurro en el aire cargado de emoción.

Por un momento, el mundo pareció detenerse mientras Dan esperaba la respuesta de Iván. El silencio que siguió fue ensordecedor, como si el universo entero estuviera conteniendo la respiración en anticipación.

Iván miró a Dan con una expresión difícil de leer, sus ojos oscuros llenos de incertidumbre y sorpresa. Dan esperaba desesperadamente alguna señal de lo que Iván estaba pensando, pero su rostro permanecía en blanco, sin revelar nada.

Finalmente, Iván rompió el silencio con una voz suave pero firme. "Dan, aprecio mucho tu honestidad. Pero... no sé qué decir".

El corazón de Dan se hundió en su pecho al escuchar esas palabras. Se sentía como si un abismo se hubiera abierto bajo sus pies, tragándolo en una oscuridad abrumadora.

Tratando de mantener la compostura, Dan sostuvo la mirada de Iván, buscando cualquier indicio en sus ojos. Pero la mirada de Iván era impenetrable, y Dan se sintió perdido en su incertidumbre.

Iván recogió sus cosas con gesto serio y comenzó a alejarse lentamente, dejando a Dan paralizado en su lugar. Mientras veía a Iván desaparecer en la distancia, Dan se sintió solo y confundido, sin saber qué hacer ni qué decir.

Dan dio un paso valiente al confesar sus sentimientos hacia Iván, pero la respuesta de este dejó a Dan en un estado de incertidumbre y confusión. A medida que la historia continúa, nos enfrentamos a los altibajos emocionales de Dan mientras navega por los desafíos de la amistad y el amor. ¿Qué depara el futuro para Dan y Iván? Acompáñame en el próximo capítulo para descubrirlo.

Amor en Doble JugadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora