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El estruendo de los zapatos chirriantes y el sonido de la pelota retumbaban en la cancha dominical, marcando un encuentro crucial para el equipo de Axel. A pesar de su tobillo lesionado, Dan estaba presente en el banquillo, listo para brindar apoyo moral a su equipo, y en especial, a Iván.

El partido se desarrollaba con una intensidad palpable. Iván, esforzándose al máximo, lideraba el equipo con tenacidad. Sin embargo, a medida que avanzaba el juego, el equipo contrario demostraba ser formidable y se alejaba en el marcador. La tensión en el banquillo era palpable, y la frustración se reflejaba en los rostros de los jugadores.

Tras un periodo de resistencia, el equipo de Axel fue vencido. La derrota colgaba como un pesado velo sobre los jugadores, que se mostraban abatidos y frustrados. Axel, el líder del equipo, reflejaba tristeza y consideraba la posibilidad de disolver el equipo.

"-Chicos, hoy no fue nuestro día. Tal vez deberíamos pensar en tomarnos un descanso o incluso dejarlo aquí", expresó Axel, su tono reflejando decepción.

Dan, sin dudar, intervino desde el banquillo. "-Axel, somos más que solo un equipo. Somos amigos. Recuerda que la incorporación de los gemelos nos llevó más lejos esta temporada. ¿Por qué no seguimos luchando juntos?"

Axel reflexionó sobre las palabras de Dan y, después de un momento, asintió. "-Tienes razón, Dan. Esto no es solo sobre baloncesto, es sobre amistad. Seguiremos adelante, pero debemos esforzarnos más en la próxima temporada".

Con la decisión tomada, el equipo se llenó de renovada determinación. Axel, aunque consideraba la universidad, se comprometió a liderar al equipo mientras pudiera. Todos prometieron entrenar más duro y volver con más fuerza.

Las vacaciones navideñas se acercaban, y con ellas llegaba el receso para las ligas dominical y nocturna. Dan aprovecharía este tiempo para recuperarse completamente de su lesión y regresar más fuerte en la próxima temporada.

Al finalizar la conversación, Iván se acercó a Dan con gratitud en sus ojos. "-Gracias, Dan, por intervenir. Aún deseo jugar en estos partidos dominicales. Tu apoyo significa mucho para mí".

Dan asintió, apreciando las palabras de Iván. La cancha dominical quedaba en silencio por un tiempo, pero la promesa de regresar más fuertes resonaba en el aire. Mientras se acercaban las festividades, la esperanza y la anticipación llenaban los corazones de los jugadores.

Así concluyó otro capítulo en la historia de Dan, su equipo y su conexión con Iván. ¿Qué deparará el futuro para estos amigos y jugadores apasionados? ¡Acompañen a Dan en la siguiente entrega para descubrirlo! 🏀💪🎄

Amor en Doble JugadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora