Capitulo trece: Aegon I

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Faltaba cada vez menos para que su hermana lo deje, así que Aegon estaba aprovechando al máximo el tiempo de sus lecciones, para que así, cuando Rhaenyra regrese, Aegon ya sepa un poco más y ella esté orgullosa.

Para él, hay mucha confusión en lo que respecta a la princesa, en un inicio le fue difícil hablar sin cortesía o título, incluso en su propia mente se refería a ella como: Princesa, sumado a las palabras y cosas confusas que decía su madre, Aegon no está seguro de que hacer.

Rhaenyra nunca había hablado con él, hasta hace poco, cuando tenía una gran barriga, ahora ya no la tiene, pero hablan, o al menos pasan tiempo juntos. No está seguro de si puede confiar en ella, pero hasta ahora nunca le gritó o le hizo daño, ella lo felicita e incluso una vez ¡Sonrió! Cuando formó con éxito una oración en Valyrio.

Tal vez a su madre no le guste, pero a Aegon le gusta, hasta disfruta estudiar con ella.

—Aegon —lo llama su madre —, el Maestre va ayudar más a Aemond hoy, puedes irte. —asiente y se va, no le importa porque eso quiere decir que su madre pasará la tarde aquí o con el bebé.

Sale corriendo por los pasillos y se escabulle hábilmente hasta llegar a los aposentos de su hermana y le dice al caballero en la puerta que le diga a ella que estará donde siempre. El hombre le sonríe y dice que pasará el mensaje.

Esta vez corre con la emoción burbujeando en sus venas, el árbol de corazón casi siempre está vacío, así que espera con impaciencia ver a Rhaenyra.

Ella aparece, y trae a su hijo también, Jacaerys, recuerda porque su padre siempre habla del bebé y a veces acompaña a Rhaenyra en sus clases.

Rytsas Aegon —saluda ella, levantando la manito de Jacaerys.

Rytsas dārilaros Rhaenyra se Jacaerys —su sobrino sonríe y aplaude.

—Excelente Aegon —felicita ella y se sienta en la manta que su Dama extendió para ellos —, solo debes enfatizar un poco más la ā, pero fue excelente para tan poco tiempo.

La emoción lo invade, por fin desde hace una semana hace algo bien, su alegría es genuina así que se le ocurre que puede devolver el gesto.

—Tengo una buena maestra —dice él sonriendo, puede ver como los ojos de Rhaenyra se enfocan en él y se forma un leve sonrisa. Si, Aegon esta orgulloso de lograr eso.

Su hermana deja a Jacaerys con Lady Elinda quien juega con el niño y lo acompaña cuando quiere caminar.

—Bueno —comienza ella, abriendo el libro — ¿has practicando lo que estudiamos la semana pasada? —él asiente, lo ha hecho porque su mamá no estuvo muy al pendiente esos días, solo estuvo para recalcar sus errores.

—Incluso le mostré el libro a Helaena —Rhaenyra lo mira esperando una explicación por su descuido —, entró a mis aposentos cuando estaba estudiando y tuve que mostrarle. —esta avergonzado por no poder guardar el secreto. Solo espera que Rhaenyra no vaya a cancelar sus clases por ello.

—Está bien —dice ella para su sorpresa —, no pasa nada —la sonrisa es genuina y eso lo hace sentir mejor —, solo debes tener más cuidado la próxima. —el asiente rápidamente porque no quiere decepcionarla.

—¿Qué dijo ella? —pregunta y parece interesada en lo que dirá, por lo que Aegon se esfuerza en ser lo más detallado posible sobre la reacción de su hermana.

—Pues, primero dijo que deseaba aprenderlo —dice y luego piensa en lo siguiente que dijo Helaena —. Luego dijo que era una lástima que mamá no dejara que nos lo enseñen aún —Rhaenyra asiente y le incita a continuar —, asi que le dije todo lo que me explicaste y como no teniamos que esperar a ser mas grandes o tener un dragón y ella estaba tan feliz que casi saltaba, así que le enseñé lo poco que me enseñaste. —termina su relato y mira a Rhaenyra, su hermana parece estar pensando en algo.

The dragon princess Donde viven las historias. Descúbrelo ahora