Durante las vacaciones Amity y Luz estuvieron inseparables. Se veían todos los días, su relación iba creciendo poco a poco. En ocasiones Luz pasaba tardes enteras en el jardín de los Blight, regando las plantas de Odalia que muy a regañadientes terminó por aceptar a la niña tras tener una larga conversación con su esposo. Cuando ambas niñas querían algo de privacidad iban a su pequeño lugar secreto, allí Luz aprovechaba para llenarle el rostro a Amity con inocentes besos, aún no habían compartido su primer beso, por extraño que pareciera realizar aquella acción las avergonzaba, en cada intento fallido terminaban con sus caras rojas y terminaban por hacer otra cosa. Ya fuese leer un poco o compartir una siesta.
Una vez que los días libres estaban por terminar, Luz invitó a Amity a una salida en compañía de Willow, Hunter y Gus, habían acordado ir al parque y entre risas y juegos, Amity se dio cuenta que estar con todos ellos era mucho mejor que estar a lado de Boscha y su grupo de amigas.
La Banshee se molestó con Amity cuando en más de una ocasión esta rechazó sus invitaciones para jugar rugby pues prefería estar en compañía de Luz. Boscha le reclamó que había cambiado y que no era la misma Amity de antes, pero esas afirmaciones no afectaban el ánimo de la Blight, ella era feliz al lado de Luz y eso le bastaba.
En el primer día de regreso a clases, el grupo de Luz fue el último en llegar al patio de la escuela, fueron amonestados por un profesor que les indicó que entrarán más rápido o se quedarían afuera del plantel.
Willow, Hunter y Gus apresuraron su andar y entraron antes al salón, pero Luz y Amity se quedaron atrás, arrastrando sus pies, no querían separarse, la habían pasado tan bien en las vacaciones que este nuevo golpe a la realidad, no era bien recibido por ninguna de las dos.
Al escuchar los pasos de su maestra, se apresuraron. Cuando entraron las dos al mismo tiempo al salón, tomadas de las manos, les pareció que la clase entera las esperaba, no les costó mucho averiguar el por qué. En el pizarrón, en mayúsculas, se leía:
AMITY BLIGHT QUIERE A LUZ NOCEDA
Se quedaron petrificadas entre los pupitres y la pizarra. Les extrañó que nadie se riera, parecía que todos a excepción de su grupo de amigos contenían el aliento esperando sus reacciones.
Amity y Luz no se habían dado cuenta que su maestra cerró suevamente la puerta a sus espaldas. La señora Clawthorne estaba ahora a lado de las niñas, con la vista clavada también en la pizarra. Ambas infantes sintieron una mano grande sobre sus hombros respectivamente, acariciándolas imperceptiblemente.
La clase empezó a zumbar. Luz y Amity, temerosas, se encogieron de hombros. Entonces, Boscha Banshee gritó:
—¡Amity Blight quiere a Luz Noceda! ¡Amity quiere a Luz! ¡Dos niñas no pueden quererse de esa manera! —voceó y todos los demás comenzaron a reírse.
Eda sujetó a sus alumnas con firmeza y esperó un instante. Amity apenas conseguía reprimir los sollozos mientras que Luz a su lado tenía miedo que le reventaran el pecho con otra humillación más, desde que había llegado a este lugar supo que no era del agrado de muchos.
La maestra llevó a las niñas enfrente de la clase.
Los alumnos empezaron a calmarse y fueron callados uno tras otro.
—Muchas gracias —dijo Eda.
Amity se esforzaba por no mirar hacia donde estaba Boscha. No podía creer que ella había planeado todo esto. ¿En dónde quedaba toda su historia juntas? Se rió, se burló de ella y lo que más le entristeció fue saber que su querer hacia Luz había sido manchado por ella y por todos, a excepción de tres personas que también observaban con molestia a Boscha.
—Falta un renglón en la pizarra —Eda hablaba en voz tan baja que nadie se atrevía a decir algo—. ¿Me ayudan? —Sus alumnos decían "no" con la cabeza.
Para sorpresa de todos, Luz pronunció un quedo "sí".
Eda soltó a las niñas, le acarició la frente a Luz, la acercó a la pizarra, la morena tomó la tiza y escribió debajo de AMITY BLIGHT QUIERE A LUZ NOCEDA, con letras igual de grandes: LUZ NOCEDA QUIERE A AMITY BLIGHT.
La Blight iba leyendo lo que Luz escribía. A cada letra se iba calmado más y la tristeza se iba para darle paso a la alegría. Era cierto... las palabras escritas por Luz eran ciertas.
—Para quererse hay que ser dos —explicó Eda a su clase. En el pizarrón se leía ambas frases, acompañó a las niñas a sus pupitres y comentó—: Después de clase pueden pensar en esto, niñas. Ahora vamos a hacer unos ejercicios de cálculo.
Amity dirigió su mirada a Luz.
—¿Te sientes mal? —le preguntó.
—Estoy bien, ¿tú cómo te sientes, Amity?
—Mucho mejor después de leer el segundo renglón.
Se dedicaron una sonrisa y volvieron a presentar atención a clases.
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EL TIEMPO ENTRE LAS DOS [LUMITY AU]
RomanceLuz Noceda es una refugiada que acaba de mudarse a Bonesborough con su familia. Sus nuevos compañeros de clase son fríos y duros con ella, y Amity Blight es la primera niña en dirigirle la palabra y defenderla ante los demás, pues se siente extrañam...