Antes de cerrar el consultorio Lilith se acercó a Odalia para comunicarle que Eda le había llamado minutos atrás para pedirle de favor que le dijera a los niños que las vacaciones empezarían a partir de mañana. Aquella noticia fue muy bien recibida por sus hijos cuando ella llegó a casa por la noche, en especial por Amity que tenía más tiempo para alistarse para su cita con la familia de Luz.
Al día siguiente, Amity se despertó tarde. Alador tuvo que ir hasta el cuarto de su hija para despertarla:
—Disfruta de las vacaciones, Amity, pero no demasiado. Es hora de levantarse.
—¡Amity, el desayuno te está esperando! —se escuchó a lo lejos el grito de Odalia.
Por unos segundos, Amity se escondió bajo las sábanas, desperezándose en el proceso. Su padre se vio obligado a hacerle cosquillas para sacarla de la cama.
De pronto, la menor de los Blight recordó que tenía una cita por la tarde y salió de la cama a tropezones.
—¡Tengo que irme, papá! Me esperan para comer, Luz debe estar impaciente.
Alador se dirigió hasta la ventana de la habitación, subió las persianas y Amity parpadeó por la luz del sol.
—Hace un buen día, Amity... pero antes debes ir a desayunar. No te pongas nerviosa, son las diez de la mañana. Tienes tiempo suficiente para alistarte, además quería decirte que Darius vendrá el día de mañana.
—¿En serio? ¡Genial!
—Ahora ve a desayunar y después saca a Ghost al jardín. Tengo un regalo para ti, te lo daré en un rato más.
Amity salió primero al jardín, en pijama, se sentó en el césped con Ghost entre sus piernas. La Blight disfrutó del sol mañanero. ¡Qué bien se sentía! ¡Vacaciones! ¡Comida en casa de Luz! Un tiempo simplemente magnífico.
Los gemelos salieron al jardín, sonrieron burlonamente y le gritaron a su hermana:
—¡Dormilona! Mamá te espera, no la hagas esperar más.
—¡Voy! ¡Voy!
Dejó a Ghost en el jardín junto con sus hermanos y fue directo a la cocina donde su padre ya estaba tomando café junto con su madre. Odalia le hizo una seña para que tomara asiento y comiera de una vez.
—La comida se enfría, Amity. Basta de perder el tiempo en tonterías.
La menor de la familia decidió entrar en acción y a partir de allí, todo marchó para mejor. Acabó de desayunar y tras dejar los platos en el fregadero, se dirigió hasta el cuarto de baño. Se tomó su tiempo para bañarse, más de lo normal y al salir se cortó las uñas y también se secó el cabello con el secador. Después llegó a su cuarto y fue sorprendida por un vestido que su padre le había dejado en su cama con una nota:
"Sé que lucirás espectacular, cariño".
Amity se sintió agradecida por el detalle que su padre le había hecho. Le gustaba sentir ese apoyo incondicional por parte de él. Todo lo contrario a su relación con su madre.
Cuando acabó de ponérselo, se vio en el espejo y se sintió feliz al ver su reflejo. Esperaba que Luz le dijese algún cumplido cuando la viese tan presentable. Decidió adornar su cabello con una diadema negra que había recibido por parte de Boscha hace meses atrás.
Al colocársela se vio nuevamente en el espejo y se percató que le faltaba una cosita más y ese algo estaba en el cuarto de sus hermanos. Salió al pasillo y al asegurarse que no había nadie de su familia cerca, entró al cuarto de los gemelos, caminó hasta la mesita de Emira y tomó su perfume. Se lo aplicó en la frente y en las mejillas.
Escuchó unos pasos aproximándose y al tratar de dejar las cosas en su lugar, fue sorprendida por sus hermanos.
—¡Vaya, Ed! Nuestra pequeña hermana está muy hermosa el día de hoy, incluso se atrevió a tomar mi perfume para su cita con Luz.
Edric se llevó las manos a la cabeza y la contempló absorto, como si Amity fuese una diosa.
—Increíble, Em —suspiró—. Nuestra Amity está creciendo.
—Déjenme en paz los dos.
—Oh Amity, no queremos molestarte, todo lo contrario, estamos felices de verte así. Espera que te vean mamá y papá.
Amity aprovechó que sus hermanos se alejaron de la puerta para poder salir corriendo, pero no llegó muy lejos, su padre la sorprendió cuando estaba por salir de casa.
—¿A dónde ibas tan deprisa, señorita?
Alador se acercó a ella y tomó una de las manos de su hija, la hizo girar para poder apreciarla mejor.
—Espérame aquí, Amity, debo darte unas flores, tienes que dárselas a la madre de Luz.
—¡No hace falta, papá!
—¡Amity tiene razón, ella misma es una florecilla! —gritó Edric.
Alador y los gemelos se rieron de una apenada Amity.
Entre los tres la despidieron, solo una persona se quedó al margen de la situación: Odalia Blight, a la mujer no le gustaba el acercamiento y el interés que tenía su hija menor con esa familia de pobres. Odalia esperaba que todo le saliese mal a Amity en aquella reunión y así su hija aprendería que solo debería juntarse con gente de su clase.
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EL TIEMPO ENTRE LAS DOS [LUMITY AU]
RomanceLuz Noceda es una refugiada que acaba de mudarse a Bonesborough con su familia. Sus nuevos compañeros de clase son fríos y duros con ella, y Amity Blight es la primera niña en dirigirle la palabra y defenderla ante los demás, pues se siente extrañam...