EL TIEMPO ENTRE LAS DOS [LUMITY AU]

Nosotras

Tras lo ocurrido nadie mencionó nada, lo único que tuvo un cambio significativo respecto a los recientes hechos fue la ruptura entre Amity y Boscha. No se podía obviar las evidentes consecuencias tras la acción de la Banshee en contra de Amity y Luz, la mayoría de la clase en un principio ignoró la presencia de su compañera bravucona. Pero no podían seguir así por siempre, Boscha era hija de una familia influyente y eso bastaba para que algunos poco a poco volviesen a hablarle. Incluso Amity fue presa de eso cuando "el chisme" llegó a oídos de su madre y la convenció en entablar una relación cordial con Boscha le gustase o no.

La familia Blight no se sorprendió cuando los sentimientos de su miembro más menor fueron expuestos de aquella manera. La única que soltó un comentario mordaz sobre la revelación fue Odalia Blight. La decepción de la matriarca familiar fue opacada contra el apoyo que recibía Amity por parte de sus hermanos y de su padre.

Las visitas de Luz a la casa de Amity continuaron sin mayores inconvenientes. Amity le había sugerido a la morena que tratase de venir cuando su madre ya se hubiese marchado al consultorio de la señorita Lilith.

En una de esas tardes en el jardín, las dos niñas jugaban a que eran Azura y Hécate viviendo alguna de sus increíbles y mágicas aventuras. Estaban solas, los gemelos tenían que concluir un proyecto en casa de Viney y los señores Blight estaban en sus respectivos trabajos. Entonces cuando las primeras gotas de lluvia cayeron sobre ellas, Amity se ofreció a llevar a Luz hasta el albergue. Antes de salir guardaron las cosas que habían utilizado para jugar en el patio de atrás que servía como una pequeña bodega. En su afán de seguir divirtiéndose aprovechando el clima inesperado, saltaron sobre los charcos mientras se dirigían hasta su destino. Terminaron empapadas de pies a cabeza, la señora Noceda las regañó tras verlas en ese estado, le sugirió a Amity quedarse y secarse. Que podía llamar a sus padres para que pasasen por ella, pero la Blight se negó. Comentó que no deseaba tener problemas con su padres y antes de que Camila pudiese objetar algo, Amity salió corriendo y se perdió entre la lluvia.

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Amity acabó por enfermarse. Con mucha fiebre. La señora Blight tuvo que dejar el trabajo para poder cuidarla. La señorita Lilith se ofreció a verla por las mañanas antes de abrir su consultorio, le palpaba el vientre y la auscultaba. Los gemelos a veces le leían algo por las tardes después de clases, pero Amity estaba demasiado cansada para atender a lo que sus hermanos le relataban. Días y noches pasaban sin que pudiese distinguirlos. Sólo cuando su padre se sentaba al borde de su cama, la niña imaginaba que era ya de noche.

Amity soñaba a menudo. Tonterías sin mayores significados, que siempre terminaban en torno a su querida Luz.

La niña se molestaba con frecuencia consigo misma por su descuido, pero Lilith la animaba al decirle que mejoraría pronto.

En una noche, Amity llegó a recibir una visita de su tío Darius, el hombre le llevó un pequeño diario como obsequio.

—Escribir nos ayuda a sanar, querida Amity. Escribe todo lo que sientas aquí —le dijo Darius antes de abandonar la habitación tras su rápida visita.

Cuando Amity estuvo casi recuperada de esa gripe complicada, Lilith le comunicó que al cabo de dos días ya podría ir a la escuela, y que su hermana Edalyn la extrañaba, Amity no supo si eso último fue cierto o no. No se consideraba una de las alumnas preferidas de la maestra Clawthorne.

Para calmar sus ánimos, escribió en esos dos días restantes en su nuevo diario. Desde que había conocido a Luz hasta la actualidad, se sorprendió al notar como todo había cambiado tras la llegada de Luz. Su vida era tan maravillosa ahora y deseaba que las cosas continuasen por ese rumbo.