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Charlotte ingresa a su oficina, entrecierra los ojos ante la luz solar que traspasa las ventanas, aunque anoche fue con Ha-Na a cenar, no pudo comer ni un bocado, ni cuando llegó a casa se animó a comer algo para llenar su estómago vacío.

Esa misma mañana, se levantó de la cama como un muerto reviviendo, pues se pasó toda la noche despierta pensando acerca de qué pasaría con ella y cierto pelinegro.

Lo estuvo meditando, ahora siendo adultos nada les impedía estar juntos, ¿no? No había nada que se interpusiera, ella era una adulta y él también.

Sabaki ya no estaba para castigarla con semanas sin comer y tampoco habían hombres rodeándola porque ella les parecía muy atractiva.

Y lo más importante y que ni ella misma sabía la respuesta, ¿estaría nuevamente con él?

La pregunta que la dejó mirando el techo toda la noche, hizo yoga, leyó una novela e incluso vio una película, pero nada hacía que esa pregunta abandonara su cabeza.

Ella para nada era de esas personas que herían a otras solo por su indecisión, era algo que aprendió viendo a otras personas hacer eso.

Quería estar segura de estar tomando la decisión correcta, y luego de estar cuatro horas haciendo actividades en un intento de que esa pregunta la abandonara, se levantó a las seis de la mañana y salió a trotar.

Lo pensó bastante bien esa mañana, hizo un pizarrón en su cabeza sobre los pros y contras de estar nuevamente con él.

Tal vez suene muy precipitado querer volver a estar con su ex pareja, pero vamos, estamos hablando de ese hombre, ¿quién no caería tan rápido?

Al parecer, Charlotte.

Tenía la respuesta clara a esa pregunta, de todos modos, si estaba con él... ¿Eso significa que él depositaría su confianza en ella?

Lo más probable es que sí, así que si se arriesgaba, era un ganar-ganar.

Él la volvería a consentir y tal vez volver a ser el Shi-Oh de hace años, y ella estaría ahí en lo que sea sólo para él y podría poner en marcha su plan.

Saca de su bolso una pastilla para la jaqueca y lo traga con algo de agua, su celular anuncia una notificación y ella lo agarra rápidamente al ver el número no registrado.

Conseguí acceder a la cámara de su camioneta.

—Ahora puede ver lo que pasa en tiempo real.

—Le paso el archivo del último mes.

La rusa abre el documento y se topa con varias fechas, revisa todos y cada uno de ellos acelerando la velocidad de las grabaciones, pues son demasiadas.

Llega a la grabación de hace una semana, la noche en la que el ordenador fue robado.

Reproduce el video y acelera la velocidad de esta, pausa justo en el momento en la que aquella mujer está en el parque peatonal, ambos se encuentran sentados pero la cara del fantasma se ve borrosa.

Acerca la imagen y le saca captura, revisa ésta, decepcionada pues la imagen no muestra mucho por la calidad e iluminación del vídeo.

Con algo de esperanza sigue revisando las grabaciones, y se extraña al ver que en el vídeo, la camioneta ingresa en el complejo de apartamentos en donde Shi-Oh dejó a Tsetseg.

Pasa al siguiente archivo, y el vídeo muestra a Tsetseg rodear la camioneta, al parecer subiendo de copiloto.

Adelanta el vídeo y esta vez es un clip en donde Tsetseg baja del vehículo y se posa delante de la camioneta, saludando al conductor en una calle antes de llegar a Doogo.

DIE FOR YOU | RYU SHI-OH FANFICTIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora