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Luego del tenso momento que Nam-Soon y Charlotte pasaron, ambas se dispusieron a seguir con su trabajo.

Aunque la primera no, pues luego de asegurarse que la rusa estaba en su oficina, decidió ir a la de Shi-Oh y robarle los datos que necesitaba, datos que se encontraban en su celular.

Cuando terminó de transferir los datos al USB, lo envió directamente a Hee-Sik, quien de inmediato se puso manos a la obra y descubrió que de los tantos números que su celular guardaba, ninguno era coreano, a excepción de uno.

Llamó a un contacto y en cuestión de minutos logró saber que el número le pertenecía a la mujer.

Beom.

Pero aunque en la estación todo parecía ir muy bien, Nam-Soon estaba corriendo por los pasillos de la empresa, pues debía devolver el aparato a su lugar.

Para su mala suerte, escuchó a una recepcionista decir que el Director había llegado, se apresura a llegar lo antes posible a la oficina de Shi-Oh, pero cuando llega, su suerte empeora.

Charlotte la repasa rápidamente, deduce que debido a su respiración algo agitada estaba corriendo, se levanta del sofá individual y se aproxima hasta ella.

—Señorita Khan— se detiene a un metro suyo—. ¿Qué la trae por aquí?

—¿Ah?

La puerta se abre, Shi-Oh entra y se detiene en seco al ver a ambas mujeres en su lugar de trabajo.

—¡Shi-Oh!— la más joven exclama al verlo entrar.

—Charlotte, necesito hablar contigo— mira a Tsetseg—. A solas.

Nam-Soon comprende y se despide con un ademán, agradeciendo mentalnmete que haya podido salir del lugar, pues no pasó mucho tiempo para que Beom llamara.

—¿Qué ocurre?— Charlotte se acerca a él e inspecciona su expresión.

Ryu lo estuvo pensando, Charlotte era alguien a quien de nuevo en tan poco tiempo volvió a amar, estaba más que seguro que ella podría guardar sus secretos.

Confiaba plenamente en la mujer, pues ella misma se había encargado de cautivar nuevamente cada poro de su ser, amándola como cuando antes, incluso se atrevería a decir que más.

Pero antes de que le dijera aquello que a la mujer tenía intrigada por saber, necesitaba saber lo que opinaba ella acerca de lo no etiquetado por ellos.

Aunque... también estuvo pensando en ello, no quería solamente hacer la típica pregunta del "¿Qué somos?".

No, eso sonaba tan básico, tan común.

Quería sorprenderla de verdad, quería hacerla saber que él le pertenecía nuevamente, que estaba dispuesto a compartir cada secreto, momento y experiencia con ella y nada más que con ella.

Estaba seguro de lo que quería con la mujer frente a él, lo estaba al cien por ciento.

—Voy a poner toda mi confianza en ti— habla directo, sin rodeos.

El tono gélido tan habitual con lo que lo dijo, hizo que una corriente pasara por todo el cuerpo de la castaña, pero no de esos escalofríos que uno siente al oír algo agradable.

Era de esos escalofríos que uno siente cuando siente miedo.

Pues eso era justo lo que sentía Charlotte: miedo.

Miedo a que Shi-Oh confíe tan ciegamente en su persona, que de forma inconsciente ella lo defraudara, hiriera y decepcionara.

Porque sí, estaba consciente de que en algún momento el hombre frente a ella, quien estaba poniendo toda su confianza en ella, se decepconaría en algún momento de su traición.

DIE FOR YOU | RYU SHI-OH FANFICTIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora