-Vamos Marius, que se hace tarde.- insistió Olivia.
Era la tercera vez en quince minutos que se lo pedía, y este se limitaba a responder que casi estaba listo.
Se quedó frente al espejo de la sala acomodando la falda de su vestido, a la par que pensaba si debía cambiarse los aretes.
-Ma...
Callo de repente al verlo aparecer. La primera vez que lo vio en traje estaban por hacer la mayor estupidez de su vida, y no pudo admirar con detenimiento a su pareja. Ahora le hacía saber lo que pensaba cuando lo veía cada vez que tenía la oportunidad de usar uno.
-Lo siento, no tuve un papá que me ensañará esto.- dijo mientras se acomodaba la corbata.
Olivia sonrió ante su comentario, y se acercó para darle una mano. Sus ojos brillaban con justa razón, no iba a ocultar que le gustaba verlo. Aquél traje gris, un tanto informal, era mucho mejor que el bordo que uso la última vez.
-¿Cómo luzco?- preguntó cuando estuvo cerca.
-Te ves bien.- respondió, tomando la corbata.-Aunque siempre luces bien. Es una ventaja de ser té, los trajes te aman.
-Lo dices porque eres mi novia.- dijo.
Olivia no pudo evitar sonreír, le gustaba que dijera esa palabra cada tanto.
-Entonces si soy tu novia.- dijo por no bajo.
-Pensé que eso quedo atrás, Ámbar aún no había nacido, y ...
-Y te lo recordaré cada vez que pueda.- le interrumpió, buscando la forma correcta de anudar su corbata.
Marius quito las manos de los bolsillos para juntarlas en la espalda de Olivia.
-¿Lista la corbata? Se nos hace tarde señorita Olivia.
-Listo caballero.- respondió dándole un toque.
Sin embargo, no se movieron del lugar. Se quedaron viéndose a los ojos como si fuese la primera vez que se encontraban en años. Les agradaba el silencio que se formaba cuando no había más que decir, o ninguno quería dar el siguiente paso para hacer lo que estaban haciendo.
-¿Vamos? Sino perdemos otra vez la reserva.
-Cierto.- río sin alejarse.-Debemos, ya tienes el traje puesto.
Marius la abrazo con más fuerza, haciendo nula la distancia que pudo haber.
-Si bueno, la última vez también, nada impide que perdamos la reserva.- murmuró, y plantó un suave beso en sus labios.
•
Solo se oía la lluvia. Estaban seguros que luego de esa cortina de agua esta pronto seria nieve, o al menos eso esperaban en los próximos días.
El cuarto era levemente iluminado por las luces de la calle. Las cortinas en el cuarto de Olivia eran finas, un tanto translúcidas. Fue una decisión de ella, le gustaba que el sitio donde se ubicaba su cama sea oscuro, pero que se vaya aclarando a medida que se acercaba a la salida, donde estaba la única ventana.
Ahora la joven bruja se encontraba ahí parada, frotando sus brazos por el leve frío que traspasaba el vidrio. Esta vez despertó y tuvo algo de suerte de no llevarse con ella el sueño de Marius.
Sin embargo, este lento fue saliendo de su letargo, más aún al sentir el frío colarse por un costado. Siempre decía que dormir con Olivia era como tener una pequeña estufa, hasta en verano lo sostenía, pero aun así no molestaba su calor, estaba acostumbrado.
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Las Memorias de Olivia J.
Romance120 años para un mortal es mucho. Para un mágico (entre brujas y trolls) podía ser poco. Y para Olivia Julia era uno largo camino repleto de historias. Llena de romance. Con muchos momentos felices, y otros que dejaban marcas mas allá de su piel...