Dania y Roier se odian a muerte todo por no tener una buena impresión el uno del otro el día que se conocieron.
¿Pero qué tal si los sentimientos de Roier cambian al aceptar una apuesta que le hicieron sus amigos? Todo podría salir muy bien... O muy...
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-¡QUE NO ES PARA ALLÁ, PENDEJO!- Otra vez las peleas de siempre
-¡ESTAS BIEN IDIOTA, POR AHÍ NO ES!- le gritó el pelinegro
-¿Quién va a saber más?, ¿Tú,qué no sales de tu puta casa o yo que siempre salgo?- Dijo Dania mientras veía el camino
-No es mi culpa que tú vivas prácticamente casi en la calle-Le dijo el pelinegro con una sonrisa sinica
Antes de que pudiera responderle la pelinegra, la interrumpieron.
-No mamen cabrones, siempre se la pasan peleando- Osvaldo suspiró
-No podemos tener una salida normal porque empiezan a chingar- apoyo Aldo a su amigo
-Pues este pendejo, yo soy la que está manejando y me quiere decir para donde voy- señaló Dania hacia la parte de atrás - Nadamás le gusta joder
Dania y Roier desde que se conocieron no tuvieron una buena impresión del otro, a Dania antes de conocerlo, le gustaba su contenido, lo consideraba divertido. Pero cuando lo conoció, esas ideas se esfumaron de su cabeza.
Roier admiraba a la pelinegra, le divertía ver sus streams, pero todo cambio cuando la vió en aquella fiesta. Sin querer, Dania iba pasando a su lado y Roier le tiró encima la bebida que estaba en su vaso y Dania le empezó a decir de cosas y Roier le decía a ella. Desde ese día ambos cambiaron sus ideas el uno del otro y para ambos, era insoportable el otro.
-Ya llegamos culeros- Dania se estacionó no tan lejos del puesto de tacos
-Al fin, manejas del culo- los chicos salieron del carro de Dania
-Respira- Dania se dijo a si misma pero fue escuchada por los tres chicos
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-No mames, pediste un chingo Nany- le dijo Osvaldo comiéndose su último taco
-Wey, literalmente me hicieron pedirlos ¿Cómo iba a saber cuántos querían?- cuestionó Dania