Dania y Roier se odian a muerte todo por no tener una buena impresión el uno del otro el día que se conocieron.
¿Pero qué tal si los sentimientos de Roier cambian al aceptar una apuesta que le hicieron sus amigos? Todo podría salir muy bien... O muy...
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Una semana pasó desde que Roier subió esa foto, las cosas ya se habían controlado un poco.
Dania se encontraba nerviosa pues al otro día se graduaba, estaba viendo lo de su vestido, peinado, maquillaje y todo lo que se hace para una graduación. Ella quería ir espléndida.
Salió de su cuarto y bajó las escaleras. Al abrir la puerta se sorprendió de quienes estaban
—¿Qué hacen todos aquí?— pregunto dejándolos pasar
—Queriamos ver a nuestra amiga— Aldo la saludo con un beso en el cachete
Dania se sorprendió al ver que Roier la saludó con un abrazo— Hola Dania
—¿Hola?— estaba muy confundida— weyes me gusta que vengan pero ahorita no es buen momento
—¿A quién tienes en la casa Dania?— la señaló Osvaldo
—A nadie, pero estoy viendo todo para mañana— se sentó en su sillón
—¿Qué vas a hacer mañana?— pregunto Roier
—A ti que vergas te importa— le contestó la pelinegra
—Te estoy preguntando bien, pendeja— Osvaldo y Aldo lo voltearon a ver y el solo rodó los ojos
Dania suspiró y habló —Mañana es mi graduación y estoy viendo todo— subió las escaleras rumbo a su cuarto, los chicos iban detrás de ella murmurando cosas que Dania no distinguía.
—¿Ya tan rápido te gradúas?— le preguntó Osvaldo sorprendido
—Si y apenas tengo esto— enseño 4 vestidos— no se que ponerme
