Dania y Roier se odian a muerte todo por no tener una buena impresión el uno del otro el día que se conocieron.
¿Pero qué tal si los sentimientos de Roier cambian al aceptar una apuesta que le hicieron sus amigos? Todo podría salir muy bien... O muy...
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Al despertar, Dania se dió cuenta que por segunda vez estaba dormida con Roier, solo que esta vez ambos estaban abrazados. Algo dentro de ella se removió.
—Buenas— Roier hablo con su voz un poco ronca
—Hola— Dania se pegó más a él
Roier sonrió pero la acercó aún más a él, raramente no se quería separar de ella.
—¿Qué tal dormiste?— paso sus manos por el cabello de Dania
—Sorprendentemente bien— bostezó — ¿Quieres algo para desayunar?
—Me encantaría — Dania le sonrió y se paró para ir a la cocina, Roier solo la vió
No pudo evitar hacer una mueca, fue mala idea aceptar esa apuesta. No quería lastimar a alguien tan tierna como ella.
—ROIER, ¿QUE VAS A QUERER?— el grito de la chica lo saco de sus pensamientos
Camino hacia la cocina y pudo ver a Dania de un lado para otro, lavando unas manzanas, uvas y fresas. Roier no pudo evitar apreciarla, nunca había estando tan cerca de ella como para apreciar como era en verdad.
—Lo que tú quieras hacer— contesto después de un rato
—Para algo rápido te puedo hacer unos Hot Cakes— le dijo Dania volteandolo a ver.
—Me parece bien, ¿Quieres que te ayude?— se acercó a ella
—Por favor— le pasó un cuchillo para que pícara la fruta
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—¿Cómo es posible que tú cocines bien rico y Rivers ni siquiera se acerca a la cocina?— le pregunto Roier lavando su plato
—A ella nunca le gustó eso de cocinar en cambio a mi siempre me gustó— Dania acomodó los platos en la alacena
Roier se volteó para verla y pudo apreciar su belleza al natural, si con maquillaje se veía bien, sin el se veía aún mejor. Sus ojos grandes y el tono carmesí en sus mejillas la hacían lucir muy tierna.
—¿Roier, estás bien?— paso su mano por enfrente del chico moviendo la de un lado a otro