Prefacio

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Harry

Estaba cansado, a pesar de haber dormido varias horas después de la batalla, aún se sentía terriblemente agotado. Quiso sentirse aliviado y feliz; al fin, después de tanto tiempo, había derrotado a Lord Voldemort. Pero, sentía un vacío que le perforaba el pecho.
Era doloroso recordar todos los cadáveres que se encontraban en el Gran Comedor. Con solo de recordar a Fred, a Remus, a Tonks. Aunque todos le dijeran que murieron por una buena causa, Harry seguía sintiéndose culpable.
Se había alejado de todos, le agradaba recibir abrazos y palabras llenas de admiración. Lo admitía, era embriagador. Pero, su mente, cada vez que se permitía disfrutar de la victoria, recordaba todas esas muertes. Sabía que tendría que aprender a vivir con ello. Sin embargo, sabía que sería difícil.
Todos estaban celebrando, se había vuelto una fiesta en donde brindaban por la victoria y los caídos. Harry quería unirse, pero se sentía como un extraño. Incluso cuando se acercó a Hermione y Ron, los dos estaban enfrascados en sí mismos. Se habían vuelto novios en medio de la batalla, y ahora no se despegaban del otro. Harry lo comprendía, estuvieron mucho tiempo deseando estar juntos, querían aprovechar todo el tiempo posible.
Ginny se mantenía un poco distante, le había aclarado que no se debía a él, sino a Fred. Ella, al igual que él, sentía una terrible opresión en el pecho y quería estar sola. Le hubiera gustado consolarla, pero ciertamente no se sentía mejor que ella con respecto a las pérdidas.
Harry se dirigió a la oficina del director; se sentía más a gusto en ese lugar que en cualquier otro. En esa oficina se había hablado muchas cosas importantes. Al recordar lo que vio en el pensadero, no pudo evitar sentirse culpable, después de todo, había odiado tanto a Snape que nunca vio más allá de sus intenciones.
—Ha sido bueno no recurrir al plan B—profirió el retrato de Phineas Nigellus.
—¿Plan B? —preguntó Harry, extrañado.
—¡Phineas! —lo reprendió el retrato de Dumbledore.
—¿A qué se refiere con plan B? —quiso saber Harry.
Dumbledore soltó un largo suspiro y le lanzó una fría mirada a Phineas que este decidió ignorar.
—Verás, Harry—dijo Dumbledore—, en caso de que no funcionara el plan original, tenía otra alternativa. Pero, no te preocupes, todo ha resultado bien. Has vencido a Voldemort.
—Cuénteme sobre el plan B—pidió Harry, curioso.
Dumbledore negó con la cabeza y le dedicó una sonrisa tensa.
—Por favor, profesor. Usted mismo lo dijo. Ya hemos vencido. Así que no importa.
》Solo quiero conocer el plan B por mera curiosidad.
El retrato de Dumbledore lo analizó con la mirada. Casi como si pudiera ver dentro de sus pensamientos, pero Harry sabía que un retrato no podía hacer Legeremancia. Se encogió de hombros y dijo:
—El último cajón izquierdo. Ahí hay una carta que te escribí en vida.
Harry rodeó el escritorio y se sentó en el asiento del director. Era amplio y cómodo, observó la oficina y la imaginación le voló por los aires; se vio a sí mismo siendo director de Hogwarts, y esa sola imagen bastó para que le sacara una sonrisa.
Abrió el cajón y encontró tres cosas: dos cartas (una dirigida a él y otra sin remitente) y una pequeña caja de madera.
Harry abrió el sobre con su nombre y comenzó a leer:

Querido Harry.
Si estás leyendo esto significa que el plan que formamos Severus y yo no funcionó y Voldemort está venciendo.
Lo que te presento ahora es una alternativa desesperada que te enviará Severus en caso de que él piense que estamos perdiendo.
Dentro de la caja de madera encontrarás un Giratiempo, pero no como los que conoces. Yo mismo lo modifique para que te transporte en la fecha y lugar que necesitamos. Solo tienes que pulsar el botón dorado que tiene a un costado.
Pero, Harry, antes de viajar en el tiempo tienes que estar totalmente seguro de lo que harás.
Quiero que vayas al pasado, a una época en la que Voldemort aún era Tom Riddle. Quiero que vayas para matar al joven Tom.
Sí, lo sé. Es una misión terrible. No puedo pedirte algo tan atroz. Sin embargo, si has leído esta carta, es porque no tenemos más opción.
Eliminar a Tom desencadenaría sucesos que ni tú ni yo podremos predecir. Lo único de lo que estoy seguro es que se salvarán todas las vidas que Voldemort se llevó. Sin embargo, cambiar tanto el pasado podría provocar que personas no nazcan. Es decir, te convertirás en una paradoja, porque crearas un futuro totalmente diferente al que conocemos. Y, para recuperar el equilibrio, no naceras.
Es un riesgo que queda a tu elección.
Si decides continuar, por favor, considera de vital importancia lo siguiente:
-Crearas una identidad falsa que haya nacido en el año 1926. Dirás que tienes 16 años, serás menor de edad tanto en el mundo de la magia como con los muggles. Quiero que te quedes en el mismo orfanato de Tom.
‐No podrás llevarte tu capa de invisibilidad. No puede haber dos capas de invisibilidad en la misma época ya que es una reliquia de la muerte.
-Llevale la segunda carta a mi yo más joven. Él podrá ayudarte cuando haya leído mi carta.
-Ten en cuenta tu futuro. No podrás regresar a esta época porque dejará de existir, así que debes pensar en lo que harás una vez cumplas con el objetivo.
-Jamás interactues con los Potter. Podría causar sospechas tu parecido genético.
Por favor, Harry, ten mucho cuidado.
Con cariño, Albus.

Harry tuvo que leer varias veces la carta para comprenderla por completo. En su cabeza podía escuchar la voz de Hermione cuando usaron el Giratiempo y su insistencia con los peligros que ocasionaba cambiar el pasado. Sin embargo, si no lo hubieran usado siguiendo las instrucciones de Dumbledore, tanto su padrino como Buckpeak hubieran muerto ese día.
Harry abrió la caja de madera y se encontró con un Giratiempo un poco diferente. Seguía teniendo la forma de un reloj de arena, pero también parecía un reloj de bolsillo. Un botón dorado sobresalía del marco metálico y supo que si lo pulsaba iría a la época de Tom Riddle.
—Profesor—dijo Harry observando el retrato de Dumbledore—, si voy al pasado significa que salvaré a mis padres.
No era una pregunta, y Dumbledore lo sabía. Harry estaba tentado a usar el Giratiempo.
—Harry, ya no es necesario. Has vencido a Voldemort.
—Pero...
—Si viaja en el tiempo la única vida que se perdería sería la de él—dijo Phineas llamando la atención de los dos—. Tú mismo lo dijiste, Dumbledore. Si Harry tiene éxito al asesinar a Tom Riddle. Todos los que murieron en esta línea de tiempo a manos de Voldemort vivirán.
—Pero, no es necesario. Ya no.
—No sé si estoy de acuerdo con usted, profesor—dijo Harry.
—¿Qué quieres decir?
—Murieron muchas personas que no debían morir. Remus y Tonks tuvieron un hijo y no lo verán crecer. Teddy crecerá sin padres. Como yo.
—Harry—Dumbledore lo observó con pesar—, no importa lo que diga, ¿verdad?
—Este es un plan con el que puedo salvar a todos. Literalmente a todos.
—Pero, tú dejaras de existir.
—¿Eso sucederá después de asesinar a Riddle?
—No. Mi teoría es que te desvanecerás cuando sea el día de tu nacimiento.
—Comprendo. Tendré suficiente tiempo.
—Aunque...
—¿Qué? —insistió Harry.
—Ahora eres el Señor de la Muerte. Existe la posibilidad que no desaparezcas.
—Bueno, de todos modos, no importa. Quiero eliminar a Riddle antes de mi nacimiento. Si lo dejo vivir más, asesinara a mis padres.
Dumbledore suspiró.
—Si vas a hacerlo, prepara todo.

•••

—No entiendo, Harry—profirió Hermione, cruzándose de brazos— ¿qué clase de misión te dio Dumbledore incluso después de vencer a Voldemort?
—Eso no puedo contárselos. Es algo que tengo que hacer solo.
—Pero, ya derrotamos a Quien-tu-sabes. ¿Qué nos faltó? —preguntó Ron, confundido.
—No se relaciona con Voldemort—mintió—. Pero, es algo importante, y no puedo posponerlo más tiempo.
Harry observó su mochila, tenía todo lo necesario. La identidad falsa, dinero, su varita que lo acompañó desde los 11 años y que reparó gracias a la varita de saúco. Esta la devolvió a la tumba de Dumbledore, no pensaba quedársela.
Vamos contigo—dijo Hermione.
—No, no pueden ir.
Los dos amigos cruzaron miradas, Harry pensó por un instante que habían descubierto su mentira.
—Chicos, no es nada peligroso. Es una especie de recado. Pero, Dumbledore me lo pidió solamente a mí. Lo siento, de verdad me gustaría contarles o que me acompañaran, pero tengo que hacerlo solo.
Hermione soltó un largo suspiro.
—De acuerdo. Pero, si tienes problemas vendrás con nosotros inmediatamente, ¿entendido?
—Si—dijo Harry, con una sonrisa. Pero, la sonrisa se desvaneció cuando abrazó a sus dos mejores amigos. Sabía que no volviera a verlos.
Quiso despedirse de Ginny, pero sabía que si la veía no podría, no tendría la fuerza suficiente para irse. La quería, lo sabía desde hace mucho. Le gustaría quedarse con ella; sin embargo, su deseo de ver a todos sin preocuparse por Voldemort era más fuerte.
Se decía a sí mismo que crearía un mundo sin Voldemort, y eso, era suficiente.

■■■■

Hola, queridos lectores.
La historia comienza justo después de la Batalla de Hogwarts, es decir, el epílogo de 19 años después no ocurre. Y yo no considero el Legado Maldito como canon. Así que por eso no lo tomé en cuenta.
Esta historia es un fanfiction de Harry Potter. Intentaré apegarme lo más que pueda al canon. Pero, me tomaré algunas libertades como en cualquier fanfiction.
Si ven alguna falla en la historia les agradecería que me dijeran.
Será una historia LGBT, habrá romance entre Harry y Tom Riddle
Espero le den una oportunidad a esta historia.

Un Pasado InciertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora