Un Pasado Incierto

VII

Harry

Sentía los párpados pesados, pero al mismo tiempo podía sentir cómo su cuerpo comenzaba a despertar lentamente. Poco a poco fue abriendo los ojos, al no tener las gafas solo veía figuras borrosas, pero al mover su mano izquierda pudo notar el cabello suave de alguien. Buscó a tientas sus lentes y al colocarselos comprobó que se trataba de Riddle, quien dormía a un costado de la cama, usando sus manos de almohadas y sentando casi al borde de la silla.

Fue en ese momento que Harry vio que se encontraba en la enfermería, y no sólo lo acompañaba Riddle, también estaba Fleamont, que estaba concentrado leyendo un libro.

Harry nuevamente acarició el cabello de Riddle, y le pareció extraño la sensación que le produjo.

—No lo despiertes—le dijo Fleamont—. El pobre está exhausto. Se la pasa yendo de la enfermería a clase y de clase a la enfermería. Ha estado muy pendiente de ti.

—¿Qué... pasó?

—¿No lo recuerdas? ¿Qué es lo último que puedes recordar, Evans?

—Estábamos jugando Quidditch... yo tomé la Snitch.

—Presumido—dijo Fleamont con una sonrisa, Harry lo imitó—. ¿No recuerdas nada más?

—Una... una Bludger me golpeó, ¿cierto?

—Así es, una Bludger encantada. Mulciber la manipulaba. Lo castigaron, obviamente, por una semana. Slughorn convenció al Director Dippet que no fuera tan severo. Pero, Dumbledore estaba furioso. También castigaron a Spinnet y Robinson porque se pelearon con Avery y Mulciber. Ese idiota de Avery usó a Mulciber como chivo expiatorio. Es obvio que él lo planeó.

—¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

—Bueno, una semana.

Harry casi se atraganta al escucharlo.

—Si, nos preocupaste a todos. Después del golpe, Riddle usó un hechizo para detener la hemorragia, fue muy sensato. Te llevamos a la enfermería inmediatamente. Tenías el cráneo fracturado; aunque la enfermera te curó con magia, tuviste mucha fiebre. Y después estuviste dormido por una semana. Era extraño que no despertaras. Por eso Riddle ha estado tan pendiente de ti.
》Bien, debo avisar a la enfermera que ya despertaste. No hagas muchos movimientos.

Fleamont fue directo a la oficina de la enfermera, mientras que Harry observó a Riddle, podía notar las medialunas oscuras bajo sus ojos. Se sintió culpable por haber hecho que se preocupara. Por impulso, acarició su cabello, le pareció suave y agradable, tuvo una extraña sensación en el estómago; pero no tuvo mucho tiempo para analizar dicha sensación ya que Riddle abrió los ojos y se incorporó rápidamente.

—Harry, estás despierto—dijo Riddle sin poder creérselo—. La enfermera. Tengo que avisar a la enfermera.

Riddle estuvo a punto de marcharse, pero Harry lo sujetó del brazo para detenerlo.

—Fleamont ya fue a avisarle. Quédate aquí.

Riddle se relajó y volvió a sentarse en la silla. Lo observó como si fuera la primera vez.

—Lo siento, parece que te he preocupado—dijo Harry, cabizbajo.

—No tienes que disculparte. No ha sido culpa tuya. Pero, no te preocupes, nos hemos encargado de Avery y Mulciber.

Harry frunció el ceño, todo se había vuelto demasiado problemático.

—Riddle, agradezco que me ayudes. Pero, ¿no crees que esto solo hace que Avery me odie más? No sé si lo has notado, pero creo que Avery te idolatra demasiado; y tal vez piensa que yo me interpongo entre tú y él.