Harry
Cuando por fin pudo hablar con Dumbledore ya casi había terminado la semana. Harry estaba desesperado por contarle al profesor de Transformaciones sobre lo sucedido.
—¿Estás seguro que sólo vio dos recuerdos? —preguntó el profesor, caminando de un lado a otro por la oficina.
—Si. Sólo vio a Ron y Hermione, pero estábamos en la Madriguera. Y vio a Sirius en Grimmauld Place. Lo expulsé antes de que continuara—explicó Harry, retorciendo sus manos.
—Eso ha sido peligroso, Harry. No sabemos qué hará si se entera que eres del futuro. Un futuro en donde es derrotado. Tienes que tener mucho cuidado; debes seguir practicando Oclumancia si no quieres que vuelva a ocurrir.
—Lo sé, profesor. No he dejado de practicar desde ese día—admitió Harry. Y no pudo evitar pensar en la ironía, si hubiera practicando Oclumancia cuando le enseñó Snape se hubiera evitado muchas cosas.
Aunque esa conexión que tenía con Voldemort lo había ayudado a entender algunos elementos que lo guiaron a la victoria. Sino hubiera sido por esa conexión, nunca se hubiera enterado sobre la diadema de Rowena Ravenclaw.
—De acuerdo. Mantenme informado de cualquier otro suceso—dijo Dumbledore, y de pronto, se veía terriblemente preocupado. Harry se arrepintió de contarle; esto era problema de él, había sido su decisión viajar al pasado. Admitía que necesitaba ayuda de Dumbledore, pero no siempre debía depender de él.
Se despidió del profesor, se dijo a sí mismo que cuando terminará todo recompensaría a Dumbledore. Confiaba en ese hombre, incluso en su yo más joven. Era agradable hablar con él; después de todo, lo había perdido demasiado pronto. No le importaba que todo fuera parte de un plan muy bien elaborado, él sufrió mucho su pérdida.
El sólo pensar que al cambiar el pasado evitaría la muerte de Dumbledore y la de muchos otros le daba fuerza. Sin embargo, antes de que pudiera continuar vagando por sus pensamientos, sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral. Se giró y ni siquiera se sorprendió al ver a Riddle, siguiéndolo.
—¿Ahora qué quieres? ¿Eres una especie de acosador? —preguntó Harry, irritado.
—No te estaba siguiendo. Bueno, al menos no lo estaba haciendo. Cuando te vi salir de la oficina de Dumbledore me dio curiosidad—dijo Riddle, con su típica sonrisa irónica que irritaba a Harry.
—¿Curiosidad? No soy tu payaso para andar entreteniendote—replicó Harry, frunciendo el ceño.
—Pues, de hecho, me entretienes bastante.
Harry bufó, exasperado. Decidió marcharse, no podía tolerarlo más. Riddle lo siguió, ignorando la mirada furiosa que le dirigió el chido de anteojos.
—Dumbledore, ¿qué es de ti? —preguntó Riddle.
—¿No puedo hablar con un profesor? Solo tenía una duda con la clase—mintió Harry.
Riddle sonrió, divertido. Ambos llegaron hasta el Gran Comedor, era sábado en la tarde, así que no había muchos dentro del Castillo ya que aprovechaban el buen clima que hacía fuera. El clima lluvioso podía regresar en cualquier momento.
—Eres malo mintiendo, Evans. No eres de los que van con un profesor a aclarar una duda, sino que prefieres seguir en la ignorancia hasta que sea el día del examen—dijo Riddle, encogiéndose de hombros.
—¿Estás buscando pelea?
—Por supuesto que no. Te digo la impresión que tengo de ti.
—Bien. Porque no me importa qué pienses de mí. Así que déjame en paz—espetó Harry, mientras tomaba un bocado del primer plato que vio. Ni siquiera supo qué se llevó a la boca, solo que estaba delicioso.

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Un Pasado Incierto
FanfictionHarry Potter observa las pérdidas después de la Batalla Mágica en Hogwarts, tiene un deseo ferviente de evitar todas esas muertes. Sin Voldemort, la guerra nunca hubiera pasado. Ni Fred, ni Remus, ni Cirius, ni sus padres hubieran muerto. Un odio ir...