Con cuidado, Jisoo se levantó de la cama, dejando a Rosé recostada y aparentemente dormida. Con la mente aún turbada por lo sucedido, se dirigió hacia el baño en busca de unas toallas mojadas para limpiar la sangre de Rosé.
Mientras preparaba las toallas, Jisoo intentaba tranquilizarse, convenciéndose a sí misma de que Rosé simplemente se había desmayado por el cansancio o el shock y que pronto se despertaría. Sin embargo, una preocupación persistente se aferraba a su mente, recordándole la gravedad de la situación y el daño que había causado.
Con las toallas en mano, Jisoo regresó a la habitación y se acercó a Rosé, dispuesta a limpiar con cuidado la sangre que manchaba su cuerpo. Aunque intentaba mantener la calma, la preocupación y el remordimiento seguían pesando sobre ella, recordándole el dolor y la angustia que había causado a Rosé.
Con movimientos suaves y meticulosos, Jisoo comenzó a limpiar la sangre de Rosé, tratando de ser lo más cuidadosa posible para no causarle más daño. Mientras trabajaba, una sensación de pesar y arrepentimiento la invadía, haciéndola reflexionar sobre las consecuencias de sus acciones y comprometiéndose a hacer todo lo posible para enmendar el daño que había causado.
El peso de la culpa y el remordimiento se apoderaba de Jisoo mientras reflexionaba sobre sus sentimientos hacia Rosé. Aunque inicialmente la había visto como una presa en su juego de venganza, la noche que compartieron había despertado emociones y pensamientos que no había anticipado.
A diferencia de lo que había dicho a su prima Lisa, Jisoo no podía negar que Rosé era mucho más que una simple zorra en sus ojos. Su vulnerabilidad y su inocencia la habían conmovido de una manera que Jisoo no había experimentado antes, haciéndola cuestionar sus propias acciones y motivaciones.
El recuerdo de la noche que compartieron la atormentaba, recordándole la intimidad compartida y la conexión emocional que había surgido entre ellas. A pesar de su determinación inicial de mantener a Rosé como su presa, Jisoo no podía ignorar la verdad incómoda: se estaba enamorando de ella.
Sin embargo, Jisoo sabía que no podía permitirse dejar ir a Rosé. Era su prisionera, una pieza clave en su juego de venganza contra la familia Park. Aunque le pesaba el corazón, Jisoo sabía que debía seguir adelante con su plan, sin importar las complicaciones emocionales que esto conllevaba.
El despertar de Rosé fue acompañado por una sensación de dolor y malestar que la recordó cruelmente de los eventos de la noche anterior. Con movimientos cuidadosos, se incorporó en la cama, tratando de ignorar las punzadas de dolor que recorrían su cuerpo.
Al girar la cabeza, sus ojos se posaron en Jisoo, quien estaba de pie en el balcón, envuelta en una bata mientras fumaba un cigarrillo. La imagen de Jisoo, con su gesto impasible y su aura de determinación, la llenó de una mezcla de emociones contradictorias: temor, confusión y una curiosidad cautelosa.
Rosé se preguntó qué estaría pensando Jisoo en ese momento, si sentiría algún remordimiento por lo que habían compartido la noche anterior o si simplemente la vería como una pieza más en su retorcido juego de venganza.
Con el corazón lleno de incertidumbre y una sensación de vulnerabilidad, Rosé decidió enfrentarse a Jisoo, dispuesta a descubrir la verdad detrás de su presencia en su vida y las motivaciones que la impulsaban a actuar de la manera en que lo hacía.
Rosé emitió un sonido de dolor, y Jisoo, preocupada, se acercó rápidamente a ella.
—¿Estás bien? —preguntó Jisoo, con ansiedad en su voz.
Rosé, con los ojos algo cristalinos y lágrimas amenazantes, se sentía terrible y expresó su deseo de irse de allí para sentirse mejor.
—Me sentiré mejor cuando me vaya de aquí —dijo Rosé con voz temblorosa.
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My enemy lover (G!P)
AcciónEn un conflicto entre clanes, Jisoo secuestra a Rosé por venganza, pero su relación se complica cuando desarrolla sentimientos por ella. [Advertencia: Contenido sexual, abusos, maltratos, etc.]