Capitulo 19

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—¿No te gustaría quedarte toda la noche conmigo?— escuchó a la mujer decir, con un toque de coquetería en su voz.

—Podrías ayudarme a curarme mientras siento tu cuerpo tonificado junto al mío—

Jisoo dejó escapar una risa, interpretando el comentario como una broma. Pero para Rosé, cada palabra resonaba como una daga en su corazón. Sus mejillas se calentaron de rabia y celos, aunque sabía que no debería estar escuchando la conversación privada. Sin embargo, no pudo evitar sentirse herida por las insinuaciones de la otra mujer hacia Jisoo.

Rosé apretó los puños con frustración al escuchar las palabras de la otra mujer.
—Quiero que me sanes, Jisoo. Extraño nuestros viejos momentos juntas. Extraño tu cuerpo— murmuraba la voz, teñida de nostalgia y anhelo.

—Esos momentos terminaron hace tiempo— respondió con calma, aunque con un tono firme.

Por otro lado, Rosé se sentía dividida entre el deseo de entrar de golpe y la necesidad de mantener la compostura. Optó por lo segundo, decidida a poner celosa a la otra mujer de una manera más sutil. Con una mirada desafiante y una sonrisa confiada, Rosé abrió la puerta con autoridad y entró en la habitación.

—Disculpen por interrumpir— dijo con voz dulce, mientras su mirada se posaba en Jisoo con un brillo desafiante.

Rosé se acercó a Jisoo con paso firme y una sonrisa encantadora en los labios. —Cariño, he estado buscándote— dijo con voz suave pero llena de intención.

Jisoo se sorprendió al ver a Rosé allí. Se puso de pie rápidamente, sintiendo una mezcla de alegría y nerviosismo al encontrarse con su novia en medio de esa situación inesperada.

Los ojos de Irene se estrecharon ligeramente al ver a Rosé y Jisoo juntas, captando la conexión entre ellas. Una chispa de celos y curiosidad brilló en su mirada mientras observaba la interacción entre las dos mujeres.

Rosé, consciente de la atención que estaba atrayendo, se acercó aún más a Jisoo, su presencia irradiando confianza y afecto. —¿Qué estás haciendo aquí, cariño?—preguntó Jisoo.

Los celos de Irene crecieron al escuchar el término de cariño entre Rosé y Jisoo, preguntándose qué tipo de relación tenían realmente.

.—Jisoo, me duele mucho la pierna— murmuró, mostrando dolor, su voz cargada de incomodidad.

Jisoo frunció el ceño con preocupación al ver el evidente malestar de Irene. —¿Qué puedo hacer para ayudarte?— preguntó, acercándose a ella con rapidez.

Los celos de Rosé se intensificaron al ver la preocupación de Jisoo por Irene. Apretó los puños ligeramente, sintiendo una mezcla de irritación y ansiedad mientras observaba la escena frente a ella.

Rosé se mantuvo en silencio por un momento, tratando de contener sus emociones. Observó cómo Jisoo se ocupaba de Irene, y una sensación de incomodidad se apoderó de ella. Quería ser la única en recibir la atención y el cuidado de Jisoo, pero ahora se sentía relegada ante la presencia de Irene.

Mientras tanto, Irene continuaba quejándose del dolor en su pierna, pero Rosé no pudo evitar sentir que sus gestos eran exagerados. Cada vez que Jisoo la atendía, Irene parecía buscar más contacto y cercanía con ella.

Jisoo, por su parte, trataba de mantener la calma y brindar el cuidado necesario a Irene, pero la tensión en la habitación no pasaba desapercibida para ella. Podía sentir la mirada intensa de Rosé sobre ella, y eso solo aumentaba su incomodidad.

En medio de todo esto, la rivalidad entre Rosé e Irene se hacía más evidente con cada minuto que pasaba. Ambas mujeres querían el lugar privilegiado al lado de Jisoo, y eso generaba una atmósfera cargada de tensiones y celos

Irene, sin previo aviso, envolvió a Jisoo en un abrazo repentino. Jisoo se sintió incómoda y trató de liberarse, pero Irene se aferraba con fuerza. Finalmente, Jisoo logró zafarse de sus brazos, lanzando una mirada seria hacia Irene.

—Voy a buscar al médico— anunció Jisoo con determinación, dando un paso atrás para alejarse de Irene. La tensión en la habitación era palpable, y Rosé observaba con furia cómo Irene había invadido el espacio personal de Jisoo. Sus cejas se fruncieron, y una chispa de celos ardía en sus ojos.

Rosé se acercó a Irene con paso firme, su mirada desafiante reflejando su determinación. —¿Qué pretendes con mi mujer?—  espetó, su voz cargada de tensión mientras enfrentaba a Irene.

Irene respondió con una sonrisa sarcástica, su tono cargado de arrogancia. —Quizás deberías preocuparte menos por lo que hago yo y más por lo que hace Jisoo— provocó, desencadenando una chispa que prendió la llama de la disputa.

Rosé no se dejó amedrentar. —No me importa quién seas tú. Lo único que importa es que ahora Jisoo está conmigo— declaró con determinación, su voz resonando con convicción.

—Tal vez Jisoo merezca alguien con más experiencia, alguien que la sepa satisfacer, no a una niña estúpida como tú— dijo con mirada desafiante

—Esa 'niña estúpida' trae tan loca a Jisoo como ninguna otra persona lo ha hecho— respondió con un destello desafiante en sus ojos, dejando claro que no se dejaría derrotar tan fácilmente.

—¿Crees que es suficiente?—  su tono era arrogante, lleno de certeza. —Eres solo una niña, al final del día, Jisoo es la líder de un clan. Tarde o temprano, tendrá más mujeres y volverá a mí cada vez que necesite la satisfacción que tú no le darás. Tú serás solo un recuerdo en su memoria—

El veneno en las palabras de Irene encendió la furia en el corazón de Rosé, quien se abalanzó hacia ella con un grito lleno de rabia y celos.

—¡cállate maldita!— exclamó Rosé

Los gritos desesperados de Irene resonaron por la habitación, clamando por ayuda mientras Rosé intentaba golpearla con ferocidad descontrolada. En ese preciso instante, Jisoo irrumpió en la habitación con agilidad, envolviendo a Rosé con los brazos alrededor de su cintura para separarla de Irene.

—¿Estás bien, Irene?— preguntó Jisoo con evidente preocupación en su voz.

—Sí, Jisoo, pero ella...— respondió Irene, mostrando señales de angustia en su rostro.

Jisoo giró la cabeza hacia Rosé, encontrando en sus ojos una furia palpable.

—¿Qué te sucede, Rosé?— inquirió Jisoo con un tono firme y decidido. —¿Por qué intentas golpear a Irene?—

—¡Porque esa maldita lo merece!— gritó Rosé, con la respiración agitada y los ojos chispeando de ira. —¡No puedo creer que la estés defendiendo!—

—Defendiéndola de qué, Rosé?— exclamó Jisoo, tratando de comprender la situación.

—Irene está herida, ¿cómo puedes...—Antes de que Jisoo pudiera terminar su frase, Rosé la interrumpió con un empujón brusco, lanzando una maldición antes de salir de la habitación, visiblemente furiosa y descontrolada.

Jisoo, confundida y preocupada, intentó seguir a Rosé, pero Irene la detuvo agarrándola del brazo con firmeza.

—Deja que se vaya, Jisoo— dijo Irene con calma, aunque su mirada reflejaba cierta incomodidad.

—¿Qué le dijiste para ponerla así?— preguntó Jisoo con furia apenas contenida, sus ojos centelleaban con intensidad.

—No dije nada, Jisoo. Se enojó por sí sola— respondió Irene, tratando de calmarla.

Jisoo, aún enfurecida, amenazó a Irene con la mirada antes de soltarse y salir de la habitación. —El médico está aquí, te atenderá—  le dijo antes de partir, dejando a Seulgi a cargo de Irene.

My enemy lover (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora