capitulo 16

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El sótano resonaba con los sollozos desgarradores de Jaehyun mientras sostenía a Taeyong, cuyo cuerpo yacía inerte, su abdomen manchado de sangre. Jisoo entró en la habitación con paso firme, su rostro impasible ocultando cualquier rastro de emoción. Observó la escena con indiferencia, su mente fría y calculadora evaluando la situación.

—Retírenlo— ordenó Jisoo con voz firme, señalando el cuerpo de Taeyong. —Llévenselo—

Jaehyun, entre lágrimas, se aferró desesperadamente a Taeyong, suplicando que no lo abandonaran. —¡No se lo lleven! ¡Por favor, no se lo lleven! ¿A dónde lo van a llevar? ¡No lo tiren!— clamaba con desesperación.

Jisoo se acercó a Jaehyun, su presencia imponente contrastando con la fragilidad del joven. —¿Prefieres que se quede aquí contigo?— preguntó Jisoo con frialdad, sus ojos escudriñando los de Jaehyun en busca de una respuesta.

Jaehyun asintió con angustia, incapaz de soportar la idea de perder a su amigo. —Sí, por favor, déjalo aquí conmigo— suplicó entre sollozos.

Jisoo lo miró fijamente por un momento, evaluando su solicitud. —De acuerdo— dijo finalmente con calma. —Pero debes entender las consecuencias. Verás cómo se descompone lentamente, y el olor será insoportable—

Jaehyun se quedó en silencio, su mente aturdida por el dolor y la desesperación. Pero ante la perspectiva de no perder a su amigo, asintió con determinación. —Está bien— murmuró con la voz quebrada por el llanto.

Jisoo se puso de pie y dio la orden a uno de sus hombres para que se encargara del entierro de Taeyong. —Llévenselo y encárgate de su entierro— instruyó con voz firme, sin mostrar ninguna señal de remordimiento. —Asegúrate de que sea rápido y discreto—

Mientras el guardia se llevaba el cuerpo, Jisoo abandonó la habitación, dejando a Jaehyun sumido en su desgarradora realidad, donde la pérdida de su amigo se entrelazaba con la cruel indiferencia de su captora.

En la noche

La noche envolvía el local con una atmósfera cargada de humo y luces parpadeantes. Lisa, como casi todas las noches, se encontraba en su lugar habitual, observando con admiración a Jennie mientras esta se movía con gracia en el escenario. El brillo en los ojos de Lisa revelaba su profundo enamoramiento por Jennie, cuya belleza y talento la dejaban hipnotizada una y otra vez.

Sin embargo, la tranquilidad de la noche se vio abruptamente interrumpida cuando un joven desconocido se acercó a Jennie al finalizar su actuación. Lisa observó con creciente incomodidad mientras el hombre llevaba a Jennie lejos de ella, hacia una habitación apartada. La mirada de Jennie reflejaba miedo y desesperación, pero el dueño del local, en lugar de intervenir, simplemente observaba con una sonrisa siniestra en su rostro.

Confundida y preocupada, Lisa se acercó al dueño del local, su expresión endurecida por la ira y la determinación. —¿Quién es ese hombre que se llevó a Jennie?—, preguntó Lisa con voz firme, apenas conteniendo su furia.

—Es el nuevo dueño de Jennie. Es socio del local y pagó una suma considerable por ella. Ahora ella le pertenece— El señor, sin inmutarse ante la ira de Lisa respondió con frialdad

Un torrente de furia inundó el corazón de Lisa, quien golpeó la mesa con rabia antes de levantarse de un salto. —¡Eso es inaceptable!— exclamó, su voz resonando con autoridad en el local. —¡Nadie tiene derecho a tratar a Jennie como una propiedad! ¡Es una persona, no un objeto!—

Sin esperar a más explicaciones, Lisa se dirigió hacia la habitación donde había visto a Jennie ser llevada, su determinación resuelta en cada paso que daba. Mientras caminaba, sacó su teléfono celular y envió un mensaje urgente a sus hombres que se encontraban afuera del local, alertándolos de la situación y ordenándoles que se prepararan para actuar.

My enemy lover (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora