capitulo 6

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Jisoo observaba a Rosé con una mirada fría y despiadada mientras esta última suplicaba por agua y comida. Sin embargo, en lugar de mostrar compasión, Jisoo parecía estar completamente enfocada en hacerla sufrir.

Con una sonrisa siniestra en su rostro, Jisoo ignoraba las súplicas desesperadas de Rosé, disfrutando del poder que tenía sobre ella. Para Jisoo, el sufrimiento de Rosé era solo un medio para alcanzar sus propios objetivos retorcidos, y no sentía la más mínima piedad por la joven que tenía delante.

—Mendigarás por agua y comida— murmuró Jisoo con voz gélida, su tono lleno de desprecio. —Pero no recibirás nada de mí. Tu sufrimiento es mi satisfacción—

El corazón de Rosé se hundía aún más ante la crueldad despiadada de Jisoo, mientras esta última continuaba deleitándose en su agonía. En medio de la oscuridad y el horror, Rosé se encontraba a merced de una tormenta implacable de crueldad, sin esperanza de encontrar compasión en su captora despiadada.

Jisoo observó con frialdad mientras Rosé se desplomaba y perdía el conocimiento. Por un breve instante, una sombra de preocupación cruzó su rostro, temiendo que Rosé hubiera muerto bajo su custodia. Con un gesto brusco, Jisoo se acercó y comenzó a sacudir el cuerpo inerte de Rosé con su pie, buscando alguna señal de vida.

—Despierta, pequeña— murmuró Jisoo con impaciencia, su tono revelando una mezcla de frustración y preocupación. Aunque su mente estaba en conflicto entre el deseo de ver a Rosé sufrir y el temor a las consecuencias de su muerte, Jisoo sabía que necesitaba mantenerla con vida para seguir ejecutando su retorcido plan.

Con cada sacudida, Jisoo esperaba ver algún signo de respuesta en el cuerpo de Rosé, anhelando confirmar que aún estaba viva. Sin embargo, en medio de la oscuridad y el silencio del sótano, el destino de Rosé pendía de un hilo, mientras Jisoo enfrentaba las consecuencias de sus acciones despiadadas.

Jisoo llamó a uno de sus hombres que custodiaban la casa con una urgencia palpable en su voz. —¡Trae agua y comida de inmediato!— ordenó Jisoo con firmeza, su tono reflejando una mezcla de preocupación y determinación.

El hombre asintió rápidamente y se apresuró a cumplir la orden de Jisoo. En unos momentos, regresó con agua y algo de comida, que colocó frente al cuerpo inconsciente de Rosé.

Jisoo observó con atención mientras el hombre ayudaba a Rosé a beber agua y comer algo, su rostro inexpresivo pero con una chispa de preocupación oculta en sus ojos.

Aunque Jisoo mantenía su fachada de crueldad, en el fondo de su corazón se cernía una sombra de inquietud por el estado de Rosé. A pesar de sus oscuros propósitos, sabía que necesitaba mantenerla con vida para poder continuar con su plan de venganza.

Jisoo, con una determinación implacable, ordenó a uno de sus hombres que llamara a un médico para que atendiera a Rosé lo más pronto posible. Aunque su voz seguía siendo fría y distante, en su interior ardía un deseo de poder divertirse con el sufrimiento de Rosé durante la noche.

—Que venga un médico y la cure lo más rápido posible— ordenó Jisoo con voz firme, su mirada fija en el cuerpo inerte de Rosé. —No podemos permitir que muera antes de que me divierta con ella—

El hombre asintió y se apresuró a cumplir la orden de Jisoo, consciente de la importancia de mantener viva a Rosé para los oscuros propósitos de su líder.

Mientras tanto, Jisoo aguardaba con impaciencia el momento en que pudiera continuar con su juego perverso, sabiendo que el sufrimiento de Rosé era solo el preludio de un tormento aún mayor que le aguardaba en la noche.

Lisa llegó al lugar, confundida por la situación que encontró. —¿Qué está pasando aquí?— preguntó, buscando respuestas en el rostro imperturbable de Jisoo.

Jisoo la miró con seriedad antes de responder. —Casi muere Rosé— dijo, con una frialdad que heló el aire a su alrededor.

La confusión se reflejó en el rostro de Lisa. —¿Pero no era eso lo que querías?— preguntó, sin entender la súbita desviación de los planes.

—No tan pronto— respondió Jisoo con calma —Quiero divertirme con ella. Quiero acostarme con ella—

Los ojos de Lisa se abrieron de par en par ante la impactante declaración. —¿Quieres tener sexo con la hija de nuestro peor enemigo?— preguntó, atónita por la propuesta de Jisoo.

Jisoo asintió con determinación. —Solo quiero satisfacer mis deseos íntimos— dijo con desdén. —La trataré como a una puta cualquiera—

—Entonces, ¿por qué no vamos a un club?—

— no iré a ningún club. Quiero probar a Rosé. Después de todo, es muy atractiva y bonita—

A pesar de su confusión, Lisa asintió en silencio, resignándose a la voluntad firme de Jisoo. Sabía que no había forma de cambiar la mente de su prima una vez que había tomado una decisión. Con un gesto de aceptación.

Cuando Rosé finalmente despertó, su mente estaba nublada por la confusión y el desconcierto. Al principio, creyó que todo lo que había experimentado había sido simplemente una pesadilla. Se encontraba en una habitación elegante, en una cama cómoda, y todo parecía tranquilo y apacible a su alrededor.

Sin embargo, su alivio fue efímero. La aparición repentina de Jisoo rompió su ilusión de calma. Con la presencia imponente de Jisoo llenando la habitación, Rosé se quedó paralizada por el miedo. Los recuerdos de lo que había sucedido anteriormente volvieron a ella de golpe, y la realidad de su situación se hundió en su corazón con un peso abrumador.

El simple hecho de ver a Jisoo, con su mirada fría y su presencia dominante, era suficiente para llenar a Rosé de un temor paralizante. Sabía que estaba atrapada en una pesadilla de la que no podía despertar, y que tendría que enfrentarse a las consecuencias de estar en manos de alguien tan despiadado como Jisoo.

Jisoo se acercó a Rosé con una apariencia serena, su rostro imperturbable apenas revelaba el tormento que yacía bajo su piel. —¿Cómo te sientes?— preguntó con una voz calmada, buscando aparentar preocupación genuina por el estado de la joven.

Rosé se sorprendió ante la pregunta de Jisoo. Después de todo, había sido ella misma quien la había dejado en este estado de vulnerabilidad y miedo. La ironía de la situación no pasó desapercibida para ella, y un nudo de angustia se formó en su garganta mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas para responder a Jisoo.

—Estoy un poco mejor, gracias— respondió Rosé con cautela. La sonrisa de Jisoo ante su respuesta la tomó por sorpresa, y un escalofrío recorrió su espalda cuando sintió la mano de Jisoo acariciando su cabello. La contradicción entre el gesto aparentemente amable y el recuerdo de la brutalidad de Jisoo la dejó sin aliento por un momento.

Antes de que pudiera procesar completamente lo que estaba sucediendo, Jisoo interrumpió sus pensamientos con un cambio repentino de tema. —Deberías comer algo— dijo con una voz serena, como si no hubiera ocurrido nada fuera de lo común. La desconexión entre la ternura superficial y la violencia latente en las acciones de Jisoo dejó a Rosé sintiéndose aún más insegura y vulnerable ante la situación.

Jisoo se levantó con una gracia inquietante y anunció su intención de ir por comida para Rosé. Aunque el gesto podría interpretarse como una muestra de consideración, Rosé no podía evitar sentir una punzada de desconfianza en lo más profundo de su ser. La idea de depender de Jisoo para algo tan básico como la comida la llenaba de una sensación de impotencia y vulnerabilidad.

Mientras Jisoo se alejaba de la habitación, Rosé se quedó sola con sus pensamientos, atrapada en un torbellino de emociones encontradas. La incertidumbre sobre lo que le deparaba el futuro y el temor a lo que Jisoo podría tener planeado la mantenían en vilo, preguntándose cómo había llegado a encontrarse en una situación tan desesperada.

My enemy lover (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora