7. Conciencia

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Alastor seguía maldiciendo para sus adentros aún apoyado en su bastón para no caer. Lucifer había llegado, acercándose le preocupado.

El lo miro y le lanzó su micrófono en señal de enojo. Nadie se atrevía a cuestionarlo ya sabían que el demonio de la Radio daba miedo pero nunca lo habían visto en persona.

Y al parecer el mismo Lucifer también le tenia miedo. Solo pudo tratar saliva.

Los demás se miraron entre sí, en ningún momento se pusieron a pensar que el rey del infierno que era el más fuerte de todos le tuviera miedo a un overlord.

Será mejor que vallas ahora y te encargues de cuidar a tu hija ¿entendiste? Pronuncio con cierto enojo en su tono. Recibió un asentimiento y se fue como sombra a otro parte donde estaban lo caníbales para ayudar.

El gobernante del infierno fue a buscar al primer humano. Le hacia gracia ver como estaba, como si hubiera visto un fantasma. La princesa estaba peleando ahora mismo con el al saber que su socio estaba herido, estaba perdiendo y como buen padre la rescato a tiempo.

Dándole un puñetazo al exterminador y mandandolo a volar.

-Maldición con cuantos demonios miserables tengo que pelear -hablo mirando a Lucifer-

-Tranquilo yo seré el último -hablo remangandose las mangas de su saco- Te atreviste a meterte con mi hija, y ahora voy a darte por el culo.

Los contrarios se quedaron desconcertados, mientras el locutor solo se llavaba una mano a la cabeza y negaba.

Imbecil tenias que ser decia.

Vox por otro lado hacia lo posible para arreglar la maldita conexión según el y justo capto esa parte.

Eso es algo que me encantaría ver pronuncio Valentino con una taza en mano.

-Es te pateare el culo -dijo Charlie corrigiendolo-

-¿Y yo que dije? -hablo para mirarla, antes de recibir un golpe de parte del contrario-

Al final lo esquivo burlándose de Adam, convirtiéndose en diferentes animales y jugando con el primer humano al ver que no le podía dar ni un solo golpe.

No se, tu primera esposa no parecía odiar lo que tenía para dar dijo recordando algunas cosas. Ni la segunda, paw chiqui paw paw.

Eso saco de sus cabales al contrario queriendo matarlo.

Al menos hasta que la princesa estuviera apunto de caer y Lucifer fuera a su rescate. Estaba en el suelo sin poder moverse recibiendo golpe tras golpe, hasta que la misma lo detuvo.

Su cara estaba hinchada.

Alastor fue al lugar para revisar a Charlie por si tenía algún corte, solo pudo mirar desde una distancia como Adam intentaba pararse y su Niffty que antes remataba a los ángeles ahora estaba a punto de apuñalarlo.

El locutor volvió a producir estática para que los Vezz no pudieran escuchar ni ver.

Solo pudo correr rápido para agarrarla y evitar que el contrario fuera apuñalado. La mayoría lo vio buscando una respuesta ante su acción.

-Alastor... -pronuncio con poca fuerza-

-Lárgate de aquí, vida por vida pague mi deuda -pronuncio sin verlo a la cara- Hazlo antes de que yo mismo te mate -hablo para abrazar aún más fuerte a la pequeña Niffty que estaba en sus brazos, para luego bajarla-

Lucifer miro los ojos del ciervo, el tenía la misma expresión que le mostró cuando se volvieron a reencontrar. Sonrió, no quería creerse que el Adam del que hablaba era el maldito humano de la creación.

No soy igual que el yo nunca te dejaría se acordó de lo prometido.

Nunca lo cumplió, ese mismo día de pedir su mano en compromiso y que el bartender lo intentará matar por si le hacia daño a su amigo, lo abandono.

Y ahora estaban los dos amores del mismo, en el vendito infierno, en diferentes bandos. El humano se logró parar y el locutor cayó al suelo por el dolor.

¡Alastor! Gritaron ambos en sintonía, luego se miraron y fueron en ayuda de su amor. Uno lo jalo de un brazo y el contrario del otro, parecía un muñeco de trapo entre dos niños pequeños que se peleaban por un juguete que no querían compartir pero utilizar.

Charlie no podía creer lo que estaba viendo, Husk que ya estaba cansado de la situación los empujó a los dos y cargo a su amigo.

Par de imbéciles, por hombres como ustedes no paro de recordarle a mi jefe los malos gustos que tiene.

Fue lo que pronunció mientras se iba a la única parte del hotel que por lo menos seguía decente para que el cervatillo pudiera descansar.

Al igual que la segunda al mano tuvo que volver a sus cabales para proseguir.

Lute dio la señal y se retiraron, llevándose a rastras a su jefe.

En verdad en esos momentos si no fuera por ética lo llevaría de la peor manera por el suelo hasta que se le de la regalada gana de ir al cielo.

Amores Prohibidos Pero No ImposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora