15. Cadena

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Oh, no, no, no ,no ¿donde estas Al? Necesito verte, necesito saber que estas bien.

Creo que perdí el apetito también.

Si me disculpan voy a acompañar a mi pareja.

Hablo el nuevo pecador en el hotel para buscar a su compañero. Algo malo estaba pasando y el estaba atinando, subió al segundo piso, recorrió todos los pasillos, abrió todas las puertas en busca del ciervo. Pero no aparecía, como si se hubiera esfumado del pentagrama.

Escucho unos quejidos a lo lejos.

Era una habitación sellada con cadenas, como si se ocultara algo atrás suyo.

Solo puso sus manos en el cerrojo, alguien estaba llorando adentro, no sabía quién o al menos no quería creer que la persona que buscaba estaba ahí dentro.

Alastor, amor... ¿eres tu? Pregunto.

El interior de aquella habitación se quedó en silencio.

Cariño por favor... Háblame me estas asustando pronunciaba intentando sacar uan respuesta del contrario.

No lo soporto más, iba a romper esa cadena de una u otra manera. Agarro las cadenas y las rompió una tras otra, un poco de forcejeo y la puerta estaba abierta.

Todo ahí era oscuro, no había nada de iluminación, incluso si el pasillo estaba alumbrado ese lugar seguía en la máxima oscuridad posible.

Intento alumbrarla pero era imposible.

Se armo de valor. Iba a ingresar, lograría buscar a su amado, aunque el no quisiera ser encontrado, y con razón.

Estas herido, tienes signos de maltrato, era obvio que lo menos que quisieras es que una persona tan importante para ti te viera de ese modo.

En cuanto escucho como la puerta se abría corrió a lo más profundo del lugar. El locutor no iba a dejar que lo vieran en ese estado.

Solo un poco más, se que te cansaras de buscar y te iras, lo siento Adam... hablo en un rincón buscando consuelo en un abrazo a si mismo.

Adam por otro lado estaba con el nivel más alto de preocupación, enserio que estaba asustado.
Vio una pequeña silueta a lo lejos, al parecer sus ojos se habían acostumbrado a la oscuridad, se acercó más, sin hacer ruido para no asustarlo. Se agacho a su altura, lo miro, estaba tan frágil. Solo logro abrazarlo, sintiendo un leve susto del cervatillo.

Este no se negó y acepto que lo consolaran, de todas formas estaban en la oscuridad, no lograría ver su estado en ese lugar.

—Te encontré cariño, es hora de irnos -dijo el exorcista en un susurro-

—Adam... -respondió un poco cansado-

—Si mi vida, tranquilo yo te cuidare -pronuncio dándole un beso en su frente- descansa.

Y no aguanto más.

Sintió como lo cargaban, como le susurraban algunas cosas que ya no podía escuchar. Solo cerró los ojos y se quedó dormido en los brazos de su amado.

¿Tendría que preocuparse? Claro que si, pero eso lo dejaría para otro momento, ahora somo disfrutaría la protección que le brindaban y el cariño sincero que se le otorgaba a su persona.

Mientras que el humano buscaba la salida de la habitación, intentando no despertar a su pareja. Pronto vio el pasillo se acercó más a la luz, y sus ojos se abrieron de par en par.

¿Quién te hizo esto? Pregunto para sus adentros, la piel blanca del locutor tenía tonalidades verdes y moradas en varios lugares, su cuello tenía marcas de asfixia. Frunció el seño, quería matar al pecador que le hizo tal cosa.

¿Asesinar? Acaso... ¿el primer humano estaba pensando en homicidio?

Pues claro, Eva probó el fruto prohibido y trajo el pecado al mundo. Porque el debía seguir con la reglas si su segunda pareja terminó en tentación por el poder.

Al menos ya tenía algo con lo que estar ocupado, llego a la habitación de Alastor, lo acostó en la cama con la mayor delicadeza posible para no lastimarle.

Cada herida que estaba en su cuerpo se notaba dolorosa.

Se quiso alejar.

No por asco, ni mucho menos miedo, si no... Por la simple razón de querer dejarlo descansar al menos por este día.

No le sirvió de nada la jugada, el mismo pecador recostado en la cama lo jalo hacia su lado. Lo abrazo y se volvió a dormir. O ya estaba dormido y era pura corazonada sus acciones.

Ja, descansa mi vida, yo te protegeré dijo en un susurro para dormir a su lado y corresponder el abrazo con cuidado.

Cuando estuvieran despiertos curarla sus heridas y le pediría que le contará que sucedió

Y haci pasaron algunas horas, ambos recostados en una cama, solos, sin nadie que los molestara. Era un milagro.

Pero como siempre la paz no es opción, la puerta se volvió a abrir, otra vez el mismo felino bar tender.

No voy a decir nada, pero le hace algo y está vez si me vas a pagar lo que le hiciste en vida. 

Lo tenía muy en claro, si no pudo matar a ese imbécil en vida lo haría en verdad y no habría nadie ni el propio Alastor quien podría detenerlo de su objetivo. Adam por un momento se quedó en silencio, trago saliva. 

Claramente sabía lo que era capaz Husk, si vio como podía matar a alguien con solo una botella, no se imaginaba que le iba a hacer a él, si se trataba de Alastor. En verdad, ya sabía los asesinatos de ese característico par, hasta cuando mataron al esposo de Rossie por que el muy desgraciado le intento poner la mano encima y créanle que si no fuera por su padre el también hubiera sido participe de esa hazaña. Tal vez por eso lo obligaron a separarse de su tan hermoso cervatillo, pero esta vez ya nadie lograría separarlo de su lado.

Si Dios quería desterrarlo que lo hiciera, el daría todo por su amado. Incluso si tuviera que ser un caído más.

Cariño... ¿Quién era? Pregunto el locutor, sobando sus ojos y con la orejas gachas.

El exorcista cambio su mirada.

Demostraba amor, atrayendo hacia el, abrazándolo y dándole mimos a su querido ciervo.

No es nada importante mi vida hablo dándole un beso en los labios.

El cervatillo solo pudo subir sus orejas por la sorpresa, luego sonrió y dejó todo lo malo de lado para disfrutar de ese dulce instante. En verdad necesitaba un respiro aunque su cuerpo lo estuviera matando.

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⏰ Última actualización: Oct 05 ⏰

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Amores Prohibidos Pero No ImposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora