11. Carne

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¿Como llegaron a esto? Ahora mismo estaba en una situación, ¿deseada?

Adam... dijo el más bajo para sentir un soplido en sus orejas, bajándolas al ser sensible por el contacto. Y sabía que el causante de ello lo tenía muy en claro, mas bien fue confirmado por la risa que salió de sus labios cuando su boca saco un bajo gemido por su accionar.

—Siempre fuiste sensible en este punto -hablo el humano poniendo la palma de su mano en la barbilla del mismo y hacer que lo mirara- no sabes cuanto te espere.

Solo recibió una risa del mismo para ser apartado.

En el contacto sexual dirás dijo entre dientes el locutor para apoyarse en la baranda del balcón, y darle la espalda.
Adam solo formó una sonrisa para abrazarlo por la cintura, poniendo su rostro en el cuello del mismo. Le encantaba como se hacía el difícil pero le dolía que solo lo viera de ese modo y que él se viera de esa manera.

—Si solo me dieras un oportunidad de explicarte -las orejas del ciervo se movieron-

—Si te dejara hablar, te irías nuevamente y yo volvería a confiar en ti -dijo agarrando las palmas que sujetaban su cintura-

El amor si que es un veneno muy bien hecho afirmo, apartándose para quedar frente a frente.

Un silencio se formó en la habitación, claramente la música en el primer piso seguía. Y tal vez ahora Lucifer los estaba buscando.
Sus miradas se cruzaron y aunque lo quiso negar, Alastor fue el primero en apartar la mirada mientras sus orejas temblaban a los costados. Adam lo noto, dio un paso al frente pero el contrario retrocedió, y siguieron así hasta que el overlord quedó acorralado. Maldecía a sus adentros porque fue el mismo el que se quiso poner en esa situación solamente que prefería morir nuevamente antes que aceptarlo.

—¿Crees que por hacer una escena de como nos conocimos volvería hacia ti? -pregunto con cierto enojo- Si fuera así mejor te hubiera hecho esos cortes en el rostro nuevamente.

El lo negó. No le desagrada los cortes en su rostro pero eso no era lo importante en aquella conversación.

—Claro que no, eres un ser viviente Al, no eres un objeto ni menos una pertenencia -su mano llego a la cabeza- se que suena egoísta, pero... Quiero volver  a escribir una historia contigo, esta vez con final feliz. Y si quieres apuñalarme lo permitiré.

¿Harías lo que quisiera por ello? Pregunto el locutor, recibiendo un asentimiento de cabeza de parte del más alto.

Me dirías ¿Dónde esta Lilith ahora mismo? Eso lo tomo desprevenido y dudo. Olvídalo, fue una pérdida de tiempo pronuncio para ponerlo con un empuje a un costado y dirigirse a la puerta del lugar.

Una mano sostuvo su muñeca, el agarre era fuerte pero no tanto como para lograr dañar lo.
Hizo que se volteara, lo volvió a abrazar, estaba temblando. Como si fuera un niño pequeño que temía ser abandonado otra vez, era ¿una oportunidad? ¿La tomaría? Quien sabe que estaba pasando por las cabezas de ambos. Talvez... ¿me dejara? ¿Debería utilizarlo? ¿En verdad me ama? No podía negar lo le agradaba esta situación.

—Que quieres saber, te daré todo -dijo en el oído de cervatillo- solo no me dejes solo.

Alastor río complacido por lo que había logrado.

—No lo haré -hablo poniendo una mano en la mejilla del más alto- pero tu tampoco me vuelvas a abandonar ¿bien? -sus miradas se conectaron-.

Prefiero morir, que volver a irme de tu lado fue lo último que escucho antes de besarlo. Alguien se estaba acercando, la situación le convendría, que hable si quieren, que su fama aumente y que todos sepan que el demonio de la Radio tiene al primer humano de la creación a su disposición.

Tal vez por hoy, solo por hoy dejaría que sus sentimientos se hicieran cargo de si y así disfrutar un momento agradable con su primer amor.

Tal vez en estos siglos si le hizo falta sentir ese tipo de cariño de parte de su ser amado.

¿Y que paso con el beso? Pues... fue subiendo de nivel, Alastor no lo detuvo, si no fue el que tomó el control para luego dejar ser dominado por el exorcista.

Adam~ alguien puede venir se había olvidado por completo de los pasos que escucho hace unos minutos.

Bueno, al parecer dio vuelta atrás. O al menos eso quería creer.

De que te preocupes mi vida decía en su oído, para bajar al cuello y atacarlo. Ahora ya no tenía aquella piel morena que podía ocultar sus dulces marcas, esta vez si sabrían que el famoso locutor tenía a alguien a su lado. Mientras que el mayor solo se dejaba hacer, no ser tocado por nadie en todo ese tiempo lo habían vuelto mas sensible de lo que ya de por sí era.

Solo disfruta, yo me encargaré de todo~

Y así pasaron los minutos, seguirán en su mundo si no fuera por que escucharon algo caerse. Alguien estaba en el mismo lugar que ellos y al parecer quería retirarse luego de ver aquella escena carnal de uno de los overlords.

Esto al humano le importo bastante, pero no dejaría que molestara a su dulce ciervo. Llevando sus toques a la colita de cervatillo, sacando un sonido muy familiar pero a la vez tan lejano.

Ahg~ I-idiota pronuncio el locutor, para toparse la boca para no sacar más de esos sonidos extraños. Pero el contario hizo caso omiso y la siguió tocando, al igual que su otra mano agarraba las del contario para que evitara que parase sus movimientos.

Amores Prohibidos Pero No ImposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora