La puerta se abre de repente, facilitando que la música y gritos de exclamación que la acompañan lleguen rápidamente a los oídos de Mike, junto con luces de colores que iluminan temporalmente la habitación.
—Estaba buscándote.
El sonido de la puerta cerrándose dura un milisegundo y la oscuridad permanece.
Mike levanta la vista al oír la voz venir desde la entrada de la habitación. Por la forma en la que está arrastrando las palabras, el pensamiento pasajero de que es algún desconocido que lo confundió con otra persona es el primero que viene a su mente; pero durante los últimos años ha escuchado y memorizado esa voz más veces de las que puede contar.
Cuando lo ve, su actividad cerebral se detiene durante un momento que parece durar menos de un segundo.
Will.
Will. Will. Will. Will.
Algo parecido a la sensación de estar al borde de la locura se apodera de él.
En una escala del 1 al 10, la memoria de Mike en cuanto a pequeños momentos y detalles alcanza (a duras penas) un cinco. No hay mucha ciencia detrás; Mike siempre ha sido el tipo de persona que concentra su atención en el panorama general y los detalles sin importancia suelen ser lo último que busca. Hay, sin embargo, algo enteramente irrelevante que nunca se le va a olvidar.
Existe un concepto — el cual llamaremos la Semana de Recibimiento— en el ámbito escolar, durante el cual profesores de distintas instituciones escolares proponen todo tipo de actividades para llegar a conocer mejor a sus nuevos estudiantes durante la primera semana de clases luego de las vacaciones.
La mayoría de las veces, dichas actividades son pequeñas y no conllevan más que presentarse a los demás y quizás decir uno o dos datos interesantes de uno mismo.
Era octavo grado, y si la memoria no le falla a Mike, la semana había estado repleta de este tipo de actividades de presentación. Hasta el día de hoy no es difícil para Mike enumerar cada ítem que puso en aquella lista, en la cual le indicaron que debía escribir al menos cinco cosas sobre él. Esas cinco cosas debían ser muy importantes, ya que era algo así como una descripción de sí mismo. En otras palabras, debía transcribir en papel una pequeña autobiografía que contenía cinco datos que cualquiera que quisiera conocerlo tendría que saber.
La razón por la cual su memoria decidió volverse repentinamente selectiva aquel día de octavo grado es que, de cinco datos sobre sí mismo que debía anotar, cuatro eran mentiras.
Que el color azul era su favorito fue la única verdad que escribió ese día, incluso si ese hecho era el menos destacable e interesante de todos.
Mike es muy consciente de que no es ningún mitómano ni nunca lo ha sido. Pero, en este caso, mentir era más fácil que decir la verdad. Y ser sincero significaba correr el riesgo de arruinar la imagen que los demás tenían acerca de él.
Hoy en día, no obstante, Mike tiene una lista clara y legítima en su mente. Una lista limpia de mentiras, la cuál, a pesar de saberla de memoria al derecho y al revés, se llevará consigo a la tumba.
Estas son, a continuación (en ningún tipo de orden particular) cinco cosas sobre Mike Wheeler:
1. Las comedias románticas son su género cinematográfico favorito. Todo lo que sea romance es un rotundo sí. Si tuviese que escoger una película del género (lo cual odia hacer), probablemente sería 10 Cosas que Odio de Tí.
2. Seven Hours (el concepto, no la banda en sí) nació en un campamento de música al que Mike asistió durante el verano de 2020. Finalmente pasó de ser una simple idea a una realidad un año más tarde, durante el cual Mike no dejó de practicar la guitarra.
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love to hate you - byler
FanficWill y Mike llevan cinco años de rivalidad en la escuela, miradas furtivas y lo que ambos siempre creyeron que era algún tipo de odio hacia el otro. La cosa no mejora cuando Will sospecha que su mayor enemigo está saliendo con su hermana. Básicament...