10. bienvenidos a Nueva York | pt.2

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Hay un chico junto a Will.

Bueno, en realidad hay dos. Pero Mike no cuenta.

No cuenta por varias razones. Pero la principal y, por lo tanto, más importante (y única necesaria) es que simplemente es Mike.

Así que Mike no cuenta.

Pero, volviendo a lo anterior, hay un chico junto a Will.

Y Mike parece estar ignorando (intencionalmente o no, Will no lo sabe) cada señal de Will para que finalmente lo deje solo junto a Kai.

Porque, se siente bien. Este tipo de atención por parte de una persona se siente genial. Y más cuando la persona es bastante atractiva. Lo cuál no tiene demasiada importancia, pero a Will no le molesta para nada.

Mike no está nada mal, tampoco. Pero, otra vez, Mike es Mike.

—...en menos de una semana— informa Mike, terminando con la quinta o sexta versión levemente modificada del mismo discurso que da a cada persona que se acerca al stand donde se encuentra el robot que habían construido, el cuál está traduciendo cada palabra que sale de la boca de Mike a ruso.

Kai levanta las cejas, impresionado.

—Es genial. Buen trabajo, Will— dice, sonriendo mientras mira al nombrado, aunque Mike esté junto a él. Will, que tiene sus brazos cruzados, sonríe.

Mike responde por él antes de que tenga la oportunidad de decir algo.

—Gracias— está utilizando un tono de voz diferente al que utiliza con Will. Habla como hablaría con un desconocido o con alguien a quien no le tiene confianza. Pero, aún así, se las arregla para sonar amable—. De hecho, no fue mucho trabajo— sigue diciendo, y el robot continúa traduciendo en voz alta todo lo que dice. Luego, comienza a explicarle al pelirrojo el funcionamiento interno y la parte lógica de la máquina.

Las puertas del lugar no fueron abiertas hasta las nueve de la mañana, luego de que cada proyecto estaba colocado y listo para ser presentado en su correspondiente stand. Eran demasiados estudiantes de diferentes escuelas, por lo que tantos proyectos habían conllevado un lugar inmenso. Además, se esperaba al menos mil visitantes. Entre ellos, gente de todo tipo. Alumnos, profesores, equipos de admisión de distintas universidades, etcétera.

El reloj en la muñeca de Will le informa que no son más de las nueve y cuarto. Todavía quedan seis horas por delante y varias personas ya se habían acercado para observar el proyecto de Will y Mike. Era, aunque entre muchos otros, el que llamaba más la atención. Todo apuntaba a que sería un éxito.

Al terminar de hablar, Mike toma asiento en una silla junto al stand y bebe un sorbo de su botella de agua. Mira alrededor, como si estuviese aburrido.

—¿Quieres ir a ver los demás proyectos?— pregunta Kai, acomodando su cabello mientras se dirige a Will.

Will deja de mirar a Mike para que sus ojos se dirijan a Kai. Responde luego de pensarlo. —Claro. Vamos.

Un resoplo por parte de Mike hace que Will se voltee para verlo.

—¿A dónde crees que vas?— pregunta Mike, y es justo. Es justo porque las reglas eran claras. Un puesto no podía ser abandonado por más de quince minutos. Pero este proyecto, a diferencia de la mayoría de los demás, era en grupo. Mike podría encargarse.

—No tardaré. Solo continúa con tu discurso cada vez que se acerque alguien— dice Will, casi sintiéndose culpable por dejar solo a su compañero. Pero, de todas formas, es Mike. Quizás preferiría estar solo a estar junto a Will. Es lo más probable—. Estarás bien.

love to hate you - bylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora