love to hate you - byler

17. silencio/dualidad

—¿Qué carajos está pasando?

—Hola, Jane. Bien ¿Y tú? —Mike responde, sarcasmo acompañado con una expresión que Jane solo lo ha visto llevar cuando (muy raramente) pierde en el Scrabble. Se hace a un lado, permitiéndole tomar asiento junto a él, y aunque Jane jura que no es brusca la forma en la que apoya la bandeja que contiene su almuerzo sobre la mesa de la cafetería que Mike escogió hoy, el chico se sobresalta levemente.

—¿Qué pasó? —vuelve a cuestionar Jane, de forma más civilizada. Mike se tensa al evitar contacto visual, manteniendo la cabeza baja y los ojos en su plato mientras mueve sin sentido el tenedor entre algo parecido a algún tipo de pasta.

Mike finge indiferencia cuando dice—: ¿Por qué preguntas?

Podría empezar por preguntarle qué hace almorzando completamente solo en la cafetería de la escuela, cuando su grupo de amigos tiene la característica de nunca dejar a Mike completamente solo; la mayoría del tiempo está acompañado por alguien. 

Quizá debería tocar el tema de su aspecto actual; Mike se ve, respetuosamente, (y como diría Max) como la mierda. Tiene la apariencia de haber salido recientemente de un pozo depresivo: expresión seria como nunca y ojos perdidos. No está viendo memes de gatos en su teléfono, ni leyendo algo demasiado nerd para el gusto de Jane, lo cual es preocupante.

Hablando de nerds, la tercera cosa que a Jane le urge preguntar es qué sucedió con Will. Porque, esto es todo lo que Jane sabe: Will, el AntiFiestas Tres Mil, fue a la fiesta en casa de Toni por voluntad propia. Will, en palabras de Max, estuvo "hablando sobre Mike hasta por los codos" durante todo el camino, y luego procedió a abandonarla a ella, Lucas y Dustin para ir en busca de Mike. ¿Lo encontró? Jane no tiene idea.

Cuando la cabeza de Mike finalmente aparece a la vista, gira en dirección a unas mesas más adelante: Max, Will, y... Kai.

No, olvídenlo. Preguntar sobre Will en este momento es la peor idea del mundo.

Así que Jane se decide rápidamente por—: No respondiste a ninguno de mis ochocientos mensajes —a unos metros, Will casi se ahoga con jugo de naranja mientras los tres ríen y Kai le da unos suaves golpes en la espalda. Jane nota que quizás está más cerca de Will de lo que debería, atrayendo la curiosidad de Mike, quien no ha dejado de mirar en esa dirección por el tiempo suficiente como para que Jane se preocupe (aún más)—. Naturalmente, me asusté.

—Bueno, estoy sano y salvo— pronuncia secamente, volviendo a hablar justo cuando Jane está a punto de preguntarle por tercera vez (nótese que Mike no es un chico fácil para la comunicación) cuál es la razón para que parezca tan apagado como cuando se enteró de que Chris Evans se había casado con alguien que no era él—. Y creo que yo debería preguntarte a ti por qué razón todos nuestros amigos me ignoraron activamente esta mañana.

Jane se auto-golpea la frente por dentro, porque Mike no merece sufrir las consecuencias de algo en lo que no tuvo participación absoluta.

—Lo siento— dice suavemente, tras el amargo sabor del remordimiento—. Creo que eso es mi culpa —Mike, desorientado, espera a que Jane se explaye. Aunque ella preferiría ni siquiera dedicarle un pensamiento al tema, mucho menos ampliar una explicación en voz alta, informa concisamente—: Alyssa y yo discutimos hace un mes y ahora me odia.

La expresión de Mike no cambia en aspecto alguno (Jane casi puede imaginarlo diciendo: "Alyssa es una mierda de persona ¡Sorpresa!") y tampoco pide una explicación más abarcadora o hace alguna pregunta al respecto. No atribuye a Jane la culpa de que ambos prácticamente se hayan quedado sin su grupo de amigos, ni la mira como si estuviera juzgándola silenciosamente (Jane agradece todo esto de forma no verbal). En lugar de lo anterior, Mike dice entre mordiscos, apenas entendible debido a que su boca está un noventa por ciento llena de carbonara: