Capítulo 7

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Las cosas no resultaron como había deseado.  Su hermanito no le ayudó en su tarea de tener a Terry solo para ella. 

Él era su ticket a vivir como una reina, mejor dicho, lo que realmente era.

Neil le prometió que esa noche la vida del castaño cambiaría, no obstante, una cama fría, fue su compañera y peor aún, al día siguiente salieron todos de vuelta y él ni siquiera le habló.

Intentó de cualquier forma llamar su atención, hizo hasta lo imposible por estar junto a él, pero al llegar a aeropuerto el decidió ignorarla de la forma más evidente posible.

Tanto que ella misma prefirió sentarse en otro lugar y dejarlo solo de vuelta durante el vuelo a New York.  Le quedaba verle de lejos y seguir soñando con que algún día el estuviese detrás de ella como tantos.

Pero hoy sería su día de suerte.

Visitaría al castaño en su oficina y le invitaría a salir con la excusa de que necesita ayuda en sus "inexistentes" finanzas, porque una cosa sí que Elisa sabía y es que la fortuna Granchester se hizo para usarla.

Serían la pareja perfecta.  Ella gastaba el dinero que el tenía y el disfrutaba de invertir en sus gustos.

«Lo que no pasó en Las Vegas, se hará realidad esta noche con Terrence y a partir de hoy te tendré comiendo de mi mano», pensó mientras buscaba en su ropero que colocarse para ir a la cita que creo en su mente.

— No importa lo que me ponga, sé que te volverás loco al verme y que te haces el difícil por la relación de amistad con Neil, pero hoy caerás a mis pies. —murmuró al tomar un vestido tan rojo como su pelo.

***
Sus ojos se abrieron en su máxima expresión al darse cuenta de lo que su padre le había pedido mirara.  Michael salió para que la familia tuviese privacidad, imaginaba necesitaban en este momento.

—No, no... —intentó encontrar palabras— No. —repitió sin poder dejar salir de su pecho, la respiración que ahora le faltaba.

La mano le tembló mientras tocaba aquel papel que decía tanto con tan poco. Era lo que jamás pensó podría pasarle y hoy se hacía realidad.

Le había engañado como si fuera un niño de 2 años con un dulce. 

Él ahora no estaba respirando siquiera. A su mente vino la imagen de su sueño donde se veía a sí mismo feliz firmando un documento y luego besándola con ansias locas.

Este se había convertido en parte de su tormento en las últimas semanas y ahora entendía el porqué.  Candy junto a él de la mano y luego ella caminando en un largo pasillo dirigiéndose a el.

Este evento no estaba registrado en sus recuerdos como real, como debía ser algo de esta magnitud, juraba que era parte de su imaginación. 

La noche que estuvo junto a Candy no existía en su memoria. 

Terry dio un paso atrás. ¿Qué realmente sucedió en Las Vegas? Se preguntaba, pero no tenía una respuesta concreta, solo borrosas imágenes que rebotaban en su mente.

— Esto no debe ser real –exclamó dudando aún de la posibilidad de que fuese su firma en dicho papel. 

¡Lo era!, gritaba una voz en su interior, la misma que durante estas semanas le recordaba a la mujer que despertó junto a él y que con lágrimas en los ojos dejó sentada en el piso de su habitación.

— No puedo creer que fueras tan estúpido e inmaduro para hacer algo tan absurdo como esto. —gritó molesto su padre.

—  Richard, por favor, déjalo hablar. —rogó Rosmery esperando que Terry saliera del trance en que se encontraba.  Ella lo conocía muy bien, no era su hijo de sangre, pero lo crio y estuvo con él desde siempre.

Boda en Las VegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora