Capítulo 15

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"A veces, no entendemos el valor de la persona hasta que ya no está a nuestro lado, cuando a veces ya es muy tarde."

Candy sintió como el calor de la luz del sol besaba suavemente su rostro, se removió en la cama complacida con lo suave de las sábanas que arropaban su cuerpo.

Trató de abrir de forma perezosa los ojos, no obstante, los volvió a cerrar de inmediato. Le pesaban los párpados como si fueran de plomo y la luz que entraba por los ventanales todavía le molestaba.

«Qué rico se sentía dormir más tiempo», pensó mientras trataba de recordar la última vez, que por causa de su embarazo, durmió más de 5 horas.

Había dormido como nunca en las pasadas semanas, estaba relajada, tranquila, entonces notó el peso de unos brazos en su cintura, el calor de un cuerpo junto al de ella. 

Era diferente al suyo.

Y entonces todas sus alarmas se activaron como aquel nefasto día en Las Vegas.

«Que no sea Terry, por favor», rogó en sus pensamientos aún con los ojos cerrados.

No podía ser el. No.

Esto debía ser una pesadilla.  «Que no sea el.», volvió a suplicar.

La idea de revivir aquella escena de Las Vegas le asustaba.  Su respiración cambió a un tono agitado; no quería abrir los ojos. 

Estaba cansada de todo y lo último que deseaba era volver a pasar por aquella humillación.

Sentirse tratada como una cualquiera, cuando solo con él había compartido un momento tan íntimo.  Su deseo de que su primera experiencia fuese un sueño, se convirtió en pesadilla.

Las duras palabras de Terry aún hacían eco en sus mente:

—Es lo más infantil con lo que me han querido atrapar.

—No eres la primera que trata comprometerme, pero esto es lo más tonto con lo que habían hecho jamás.

—Si tu intención era comprometerme para que me sintiera atrapado con la brillante excusa de ser el primero, te informo que no estamos en la secundaria y que esto no tiene ningún valor en la actualidad y menos para mí.

—¿Si lo que buscabas era dinero? Esto es todo lo que obtendrás de mí.  Cuando vuelva no quiero verte aquí.

El recuerdo de la cama llena de dinero le dolía, jamás pensó que alguien le pusiera precio.

Apretó aún más fuerte sus ojos para evitar llorar; y peor aún abrirlos y encontrarse con la dura mirada del castaño.  No quería repetir aquel suceso tan horrible.

¿Por qué nuevamente tenía que vivir esta escena en su vida? ¿Acaso no estaba pagando ya el error de una noche para volver a repetirlo?

Entonces sintió como una mano acariciaba su brazo suavemente, brindándole calor, y tranquilidad. 

¿No podía ser Terry? ¿Entonces quién estaba junto a ella? Abrió los ojos de golpe para encontrarse con los del hombre que una vez más dormía junto a ella.

Él vio la sombra de la angustia en su mirada y entendió que su mujer se hallaba reviviendo aquel momento en el hotel.  No era un tonto y sabía que lo hecho estuvo muy mal.

La muchacha que ahora compartía su cama no había utilizado ninguna treta para engatusarlo, el recuerdo de él tomando la bebida y pasándosela a ella le aseguró que no fue la joven y el hecho de que la rubia siempre permaneció a su lado.

No hubo momento en que no estuviesen juntos.  Era casi imposible que Candy pusiera algo en su bebida, cuando el tenía todo el tiempo su mano entre la suya.

Boda en Las VegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora