Capítulo 23

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Pov. Jennie

Esta mañana Lisa había salido a dar una vuelta, me dispuse a acompañarla pero se negó. A pesar de sentir miedo porque algo le pudiera pasar, deje que hiciera lo que quería.

Dijo algo sobre ir al bar a visitar a Minji, la vampira que conoció allí, dice que hace muchísimo no sabe nada de ella y le gustaría pasar un rato por ahí.

En fin, me quedé en casa, aburrida. Mi hermana y Rose aún estaban durmiendo. En la misma habitación, por cierto.

Luego de un rato estando tirada en el sofá mirando el techo, subí a mi habitación para leer un libro, al menos pasaría un rato entretenida.

•••

Literalmente me dio tiempo de terminar el libro del cual solo había leído dos capítulos, eran nueve. Muy bonito, un poco shoft, pero lindo.

Lisa aún no volvía, llevaba tres horas fuera de casa y nada de mostrar señales de vida.

Ustedes diran: Jennie, deja de preocuparte, estará entretenida.

Pues si, quizás. Pero ella prometió enviarme un mensaje de texto al llegar, el cual no recibí, y volvería en una hora más o menos. Ah tardado demasiado, me preocupa no saber nada de ella.

Me dispuse a llamarla, con el teléfono del cual no dispongo hace tanto tiempo, no responde.

Salí de casa rumbo al bar.

En el camino, me di cuenta de que el rastro de Lisa que estaba siguiendo dejo de estar solo, otro olor le acompañaba. Un vampiro.

Esperen... no era cualquier vampiro. Era Liam, recuerdo su olor, aunque estuve en contacto con el muy poco tiempo.

Liam tenía a Lisa.

¡no puede ser!

Si tan solo la hubiera acompañado esto no hubiera ocurrido.

Tengo el rastro, pero no puedo ir sola.

Mire alrededor para asegurarme de que nadie me estuviera observando, aunque las calles estaban poco transitadas.

Con mi suoer velocidad fui a la caza y no me detuve hasta estar frente a la puerta de la habitación de mi hermana.

Toc, toc*

–¿Quién es?–preguntó Rose desde dentro.

¿Quién va a ser? ¿El espíritu santo?

–Soy yo.

–Entra.–me permitió Jisoo.

–Liam tiene a Lisa.

–¿Qué?–Mi mejor amiga había entrado en un estado catatónico, no sabía que hacer.

–Debemos llamar a los creadores, no podemos ir solas ni quedarnos con los brazos cruzados.–aseguré.

–Yo me encargo de llamar a la mamá de Lisa.–a diferencia de Rosie, Jisoo si reaccionó.

–¿Como puede ser posible?

–Salió de la cada sola, rumbo a un bar a ver a una vieja amiga. Al parecer la secuestró en el camino.–le contaba a la anonadada.

Jisoo se alejó un poco para poder hablar por teléfono.

En menos de cinco minutos los cuatro creadores estaban en nuestra casa, venían acompañándolos el hermano de Lisa. Quien por suerte, siempre aparece en los peores momentos, creo.

Los ocho seguimos el rastro, salía del pueblo y entraba en el bosque, llegamos a una casa abandonada.

Era grande y de madera, al parecer lleva años desde la última persona que vivió allí.

Jardín de sangre (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora