¿Qué ocurre cuando la luna y el sol se encuentran? Lo llaman el fenómeno más hermoso, y ahora entiendo el por qué. Ella es la Luna y el sol a la vez, un eclipse, algo misterioso, difícil de entender, pero, que no puedes mirar por mucho tiempo porque...
El sonido de los perros aullando a la luna hacen que me desvele. Siento mi cuerpo pesado y mis ojos arden a causa de las lágrimas, las cuales traicioneramente vuelven a caer por mis mejillas.
—Te odio Brooke y aunque te odie, no puedo evitar pensar en tí y eso hace que me odie más a mi, que a ti...— Digo susurrando para mi. Mientras voy cerrando los ojos de nuevo. El sonido de una voz lejana me hace quedarme dormida, pensando en si ese sonido era real o mi cabeza ya me estaba volviendo loca.
—Odiame a mí, no te odies porfavor...
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La última vez que pisé la universidad fue hace casi un mes, un mes que no he podido quitar de mi cabeza a Brooke y ese día.
Ashley, como la mejor amiga que es, me ha estado trayendo los apuntes de clase y me ha mandado los proyectos. Por lo que en casa, he podido seguir trabajando. También me ayudó a recuperar mi coche, el cual se quedó allí por un par de días abandonado.
Para no levantar sospechas de mi pésimo estado anímico, hice que se corriese el rumor por la universidad y todo el mundo de que me he ido de viaje a otro país.
Y obviamente Ash es la única que realmente sabe donde estoy y me está guardando el secreto.
No he sido capaz de volver a clase, no hasta que me sintiese mejor. O solamente no quería ver a Brooke y no quería que viese todo lo que ha ocasionado con una mierda de palabras. Me negaba a darle ese lujo.
Así que durante el mes de descanso que me he tomado, he decidido enfocarme en mí para sentirme y tratar de no pensar en ella.
Spoiler. No funcionó.
La odio, por no poder odiarla.
—No puedes esconderte para siempre Rub.— Dice mi amiga desde mi cama mirando a la puerta.
—Sí puedo.—Digo saliendo del baño con el albornoz puesto y la toalla del pelo. La veo mirarme de arriba abajo mordiéndose el labio y sonriendo.
—Si no fueses mi mejor amiga te tiraría fichas como si fueses un casino.— La miro cruzándome de brazos seria para luego comenzar a reírme y ella me sigue. —No bromees, boba.— Ella se levanta y me mira.
—No bromeo, eres preciosa.— Me río y la abrazo.
—Realmente eres boba.— Ella se ríe
—Vamos a hacer que Brooke se arrepienta de lo que te hizo.— La miro interrogante.— Un cambio de look, vamos a dejarte aún más guapa de lo que eres, cielo.— Yo sonrío de oreja a oreja y mi amiga va a mi armario para sacar un conjunto lindo pero cómodo.— Muy bien, ponte cómoda que hoy vamos a hacer sesión de rehabilitación de chicas.— Me saca un pantalón de deporte ancho rosa pastel y un top blanco corto.— Pilla tus converse rosas y vístete.
Sigo sus órdenes; me visto, me seco un poco el pelo, me hago una coleta alta y salgo. Ella me mira sonriendo y me abre la puerta de mi cuarto.
—Vamos, tenemos una tarde de selfcare muy intensa.– Yo río y salgo fuera de mi cuarto, bajamos las escaleras y vamos a su coche.
