Capítulo 18

21 12 4
                                    


Mi cabeza da vueltas mientras voy recobrando la conciencia poco a poco, los ojos se van acostumbrando a la poca luz de la sala. Siento mis brazos entumecidos, ahí caigo en que estoy esposada.

—¿Qué cojones? ¿Dónde estoy?— Susurro en voz baja. Tal vez me de miedo saber donde estoy, tal vez este aterrada porque me hayan secuestrado...

¿Me han secuestrado?

Siento las lágrimas caer por mi rostro, me siento estúpida. He caído en la peor trampa posible... Me han engañado con quien amo para atraerme y poder secuestrarme.

Ellos sabían que Brooke se acercó a mí hoy.

Miro a los lados buscando una forma de salir, veo la pequeña ventana por donde entra la poca luz que tengo en este lugar, la enorme puerta roja que se encuentra frente a mí, veo las paredes de ladrillos que ocupan el cuadrado donde me encuentro, un váter o eso parece y un colchón en el suelo.

—¿Hola?— Digo algo más alto.

No tengo respuesta hasta que luego de unos cinco minutos la puerta roja se abre, dejando pasar a un elegante hombre en traje con el cabello para atrás.

—Buenos días pequeña.— Dice el hombre con una sonrisa.

—¿Q-quién eres?— digo con terror, mirando con miedo y odio a aquel hombre.

—Oh, mis modales. Perdóname cielo...— El hombre se ajusta la corbata y me mira con una sonrisa siniestra.— Mi nombre es Hernán Moore. Un placer pequeña Ruby White.

Mi cuerpo se tensa y trato de irme para atrás al escuchar su nombre.

¿Estoy frente a frente con el jodido Moore?

Las lágrimas caen por mis mejillas mientras le miro con miedo. El hombre se acerca a mi con los brazos en la espalda mientras observa cada movimiento que hago.

—Querida, no llores.— Dice acercándose a mi cara.— Vas muy guapa para fastidiarte el conjunto, ¿no? ¿Esperabas a alguien?— Una sonrisa siniestra se dibuja en sus labios. —¿A mi querida Brooke?

El odio vuelve a mi cuando menciona su nombre, le miro con asco y le escupo.

—No pongas su nombre en tu boca.

El hombre me suelta un bofetón, del cual siento el labio sangrar. Genial.

—Ahora entiendo por qué os gustáis.— Agarra mi cara y aprieta mis mejillas mirándome a los ojos.— Sois las dos igual de estúpidas.

Suelta mi cara con fuerza mientras se aleja de mí. Me mira de arriba abajo y chasquea los dedos, en eso aparece un mayordomo, con apariencia cansada y postura elegante.

—¿Ha llamado?— Le ofrece una llave diminuta sin mirarle.

—Cuando me vaya, desátala.— Me mira con una sonrisa perturbante.— Nuestra invitada debe estar cómoda en su nueva habitación.

—¿Me vas a dejar aquí encerrada?

—Chica lista.

—Van a venir a por mí.

—Lo dudo querida. Nadie te va a encontrar o puede que cuando lo hagan, ya no estés para verlo.— Su risa me produce escalofríos. —Pero para tu suerte, por ahora me sirves con vida.

—¿Por qué cojones estás haciendo esto?— Digo con voz temblorosa, viendo esa sonrisa que hiela mi sangre.

—Para que tu pequeña "novia" aprenda a centrarse en su trabajo.

ECLIPSE© -PARADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora