Capítulo 5

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Sus mirada se movía hacia los lados, como si estuviera buscando a alguien que pudiera sacarlo del momento en el que se encontraba.

Había intentado quitársela de encima, ya sea caminando por la universidad o simplemente, diciéndole lo apresurado que estaba. Sin embargo, su compañera no parecía comprender aquellas palabras que le indicaban claramente que lo deje en paz.

¿Cuánto tiempo había pasado desde que lo detuvo? ¿Una hora? ¿Dos?
No estaba seguro y no podía explicar sobre lo que la fémina estaba hablando con él. Quería marcharse inmediatamente, buscar el libro de biología en la biblioteca de la institución y comenzar con su trabajo en la hora libre que le quedaba por la ausencia de su profesor.

Las clases habían terminado desde hace rato y se obligó a quedarse cuando su compañera de clases lo llamó. Ni siquiera había podido llegar a su casillero para guardar sus cosas y su bolso comenzaba a adormecer su hombro debido al peso que cargaba.

—¿Entonces? ¿Qué me dices?—Preguntó con una tímida sonrisa.

Itachi parpadeó confundido y boqueó un momento sin saber que responder.
Su mirada lo intimidaba porque estaba esperando una respuesta a una pregunta que no había escuchado.

Asintió sin saber que decir y se sintió incómodo cuando la vio dar pequeños saltos frente a él como si fuera una niña.

—Izumi, debo irme ahora.

La joven asintió repetidas veces y dejando un beso en su mejilla que lo hizo retroceder al instante, se marchó de allí casi corriendo mientras que una sonrisa se extendía en su rostro.

Itachi suspiró cansado de aquellas actuaciones que solían dar las mujeres frente a él.
Se sentía incómodo con la cercanía de ellas porque solían invadir su espacio personal, justo como Izumi había hecho. No le agradaba que se tomaran tantas libertades con él cuando no lo había permitido.

Caminó hacia la biblioteca en busca de su libro, saludando a la bibliotecaria en el transcurso. Una anciana pequeña que siempre mostraba una amable sonrisa en su rostro que provocaba que sus arrugas se marcaran más.

Tomó algunos libros que le servirían para explicar sus puntos y se dirigió hacia el mostrador para marcarlos.

—Me encanta ver que aún hay jóvenes que prefieren los libros físicos.—Habló con voz suave mientras su mano temblorosa marcaba la hoja final con un sello.— Ya no suelen venir tantos chicos aquí, prefieren el uso de la tecnología.

Itachi sonrió.

—Los resultados son más rápidos de hallar.—Comentó, esperando pacientemente a que termine.— Supongo que prefieren copiar lo que dice allí antes que leer un libro para sacar una conclusión.

La anciana rio y palmeó su hombro como pudo, elevándose apenas en la punta de sus pies con ayuda de su bastón.

—Nos vemos luego, pequeño.—Sonrió entregándole los libros.

El joven salió del lugar luego de dedicarle una pequeña sonrisa y se dirigió hacia su casillero, ansiando poder quitar el peso extra de su bolso. Ni siquiera había visto la hora y esperaba poder tener un poco más de tiempo antes de comenzar la siguiente clase.
Quería relajarse bajo la luz del sol y comenzar con la tarea para el día siguiente.

Abrió su locker y una nueva carta cayó a sus pies. La tomó con rapidez y trató de no arrugarla cuando comenzó a dejar sus pertenencias dentro.

Guardó en su bolso los libros que apenas había conseguido y tomó la carta con ansiedad.
Esta vez, no contenía el lacre con el diseño de algún sello y parecía que había sido hecha hace poco tiempo. Solo era un pequeño sobre amarillento, ya preparado y sin ningún obsequio.

Cartas (NaruIta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora