Capítulo 17

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¡Buenas, buenas! Al fin vuelvo, feliz y cansada. Conseguí un segundo trabajo, comencé un nuevo estudio y siento que en cualquier momento obtendré mi asenso al reino de los cielos, pero todo bien.
Agradecida siempre con el apoyo que me dan, como también, sus comentarios donde me cuentan que les va pareciendo la historia y me desean el bien.
Espero que estén super bien y les mando mucho amor a tod@s ❤


ATENCIÓN: Este capítulo puede tener escenas explícitas que pueden llegar a herir su sensibilidad. Leer bajo su propio riego.

Sus nudillos dolían, la sangre salpicaba hacia los lados con cada golpe que daba y su rostro mostraba de todo menos el cansancio.
Su ropa oscura no dejaba ver las manchas de aquel líquido vital que ya había llegado hasta la tela, aún cuando él sabía que si levantaba su camiseta, su piel tendría manchas rojizas, secas o no.

Kisame permanecía en el suelo, prácticamente inmóvil. Sus ojos estaban completamente nublados, sus brazos habían dejado de elevarse para evitar los golpes que recibía y su cabeza hubiera caído hacia atrás si Naruto no la mantuviera en su lugar para que sus puñetazos fueran certeros.

—¡Naruto, para!—El grito casi desesperado de Shikamaru retumbó en sus oídos y se quedó inmóvil con el puño en alto sin ser capaz de dar un nuevo golpe.

Naruto estaba acostumbrado a pelear e incluso, a dejar inconscientes a todos aquellos que se atrevían a retarlo en aquella área donde tenía tanta experiencia.
Sin embargo, en aquella ocasión había sido completamente diferente a todas las peleas en las que se habían enfrentado.

Ya hacía tiempo que había dejado en claro las cosas con el grupo de Hidan y a pesar de pedirles que dejaran en paz a su compañero de banco, las cosas habían escalado a peores.

No había sido su idea pelear con ese grupo de idiotas, por el simple hecho de que ellos se mantenían alejados del azabache cuando Naruto se encontraba cerca.
No obstante y a pesar de que Itachi no fue capaz de comentarle él mismo como estaba la situación, Naruto no necesitó más cuando lo encontró tirado a un lado de la universidad como si fuera un perro al que acababan de abandonar.

Había sido Hinata quien fue en su búsqueda para avisarle de la situación, mientras que Sakura se mantuvo al lado de Itachi hasta que el mayor llegó.
Ninguna tenía la fuerza suficiente como para levantarlo y llevarlo hacia la enfermería de la universidad o un hospital, que sonaba como la mejor opción al ver su estado.

El grito casi desesperado de Sakura retumbó en sus oídos, quien se encontraba moviendo sus manos por encima del cuerpo de Uchiha sin tener el valor suficiente como para siquiera tocarlo con un solo dedo.

Naruto lo levantó en sus brazos, sintiendo los suaves gemidos de dolor que escapaban de la boca del menor, porque a pesar de que pareciera inconsciente, sus ojos derramaron lágrimas en cuanto se atrevió a moverlo aunque sea para girarlo.

Su labio se encontraba partido, su ojo izquierdo estaba completamente cerrado y su nariz estaba inflamada y ensangrentada. Parte de dicho líquido había empapado su mejilla por completo, manchándose de tierra al permanecer recostado boca abajo.

Ni siquiera pudo pedirle a sus amigos que vayan por sus pertenencias al aula. Simplemente subió al primer taxi que encontró y con urgencia demandó llevarlo al hospital.
Apenas llegó con él a las instalaciones, un par de enfermeras se habían aproximado dejando atrás el semblante tranquilo que tan bien estudiado tenían para no alterar a los pacientes.

El estado de Itachi parecía ser más grave de lo que pensó cuando el médico se aproximó a él para comentarle que le harían placas para revisar sus costillas, debido al gran hematoma que tenía en el lado derecho del torso. Fuera de eso, se recuperaría con el paso del tiempo y Naruto solo rogaba porque aquellas placas no muestren nada fuera de lo común.

Cartas (NaruIta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora