Capítulo 6

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Observaba el papel entre sus dedos con la mirada perdida.
La letra no había sido escrita con prolijidad y tranquilidad. Sus trazos eran rápidos y había algunas palabra tachadas, corregidas con rayones que los hacían imposible de leer.

¿Cómo era posible que todo lo que se encontraba plasmado allí fuera cierto?

¿Él le había aceptado una cita a Izumi? Lo único que recordaba era haber recibido el beso sin su consentimiento y aún así, se había alejado rápidamente.
No recordaba las palabras que la fémina le había dicho, mucho menos que la palabra "cita" se encuentre en todo el monólogo que había creado en el tiempo que lo retuvo.

Salió del baño y se dirigió hacia su salón. En poco tiempo terminaba su hora libre y comenzaría la siguiente clase. Ni siquiera había logrado comenzar con su trabajo.

Vio a Naruto caminar hacia la misma dirección a la cual él se dirigía. Su semblante serio no auguraba nada bueno, pero podía notar que estaba mucho más tranquilo que momentos atrás.
Había cambiado su playera blanca y manchada de sangre, por una negra y alguna de las chaquetas que siempre portaba no cubrían su cuerpo, permitiéndole observar los tatuajes de sus brazos.

Ingresó al aula segundos antes que el rubio y caminó hacia la mesa en la que su compañera se encontraba sentada y hablando con sus amigas, todas emocionadas por lo que sea que les esté contando.

—Izumi.—La llamó.

La fémina volteó a verlo con una amplia sonrisa.

—¿Qué necesitas?—El murmullo en el aula comenzó bajar de intensidad hasta quedar en un incómodo silencio.

Itachi permitió que un suspiro escapara de su boca antes de fijar sus ojos en ella. Estaba decidido a mostrarle a quien quiera que sea su remitente anónimo, que no había sido su intención que las cosas ocurrieran de esa manera.
No se encontraba molesto por las cartas que recibía como tampoco quería dejar de leerlas.

Cada día abría su casillero ansiando ver un nuevo sobre similar a los anteriores, esperando poder leer las hermosas palabras que se plasmaban allí con los sentimientos más maravillosos que alguien pudiera experimentar.

—¿Tú me habías pedido una cita?—La chica sonrió emocionada y asintió.— Lo lamento, pero la respuesta es no.

Las jóvenes detrás de ella jadearon en sorpresa y miraron a Izumi expectantes esperando una respuesta.

—¿De qué hablas? Tú aceptaste.

Habría deseado no tener que aclarar todo frente a sus compañeros de curso, sobre todo porque sentía que la estaba humillando, pero tampoco podía aclararle al joven de sus cartas la situación en un ambiente más privado.

—Sinceramente no estaba escuchando lo que me estabas diciendo.—Respondió avergonzado.— Estaba pensando en el trabajo que debía hacer y no te puse atención. Me disculpo por ello.

La dejó atrás cuando volvió a su lugar a la espera de su profesor.

Ninguno de los estudiantes habló e Izumi se mantuvo de pie unos minutos, como si necesitara entender lo que su compañero le había dicho.

Podían escucharse algunas risas que intentaban frenar para no quedar en evidencia y las habladurías sobre lo que había ocurrido ya habían comenzado.
No quería mirar a nadie porque sabía que si giraba su mirada hacia sus compañeras, el odio en sus ojos lo notaría, como también, el hecho de que el grupo que siempre lo molestaba se burlaría de él por lo que había hecho.

Conectó sus auriculares a su teléfono y eligió una canción que sonara en un volumen bajo. No taparía del todo las voces de los demás, pero tampoco podía darse el lujo de ignorar la clase que aún le faltaba.

Cartas (NaruIta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora