𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟒.

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"El que oculta sus sentimientos, rara vez alcanza sus deseos

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"El que oculta sus sentimientos, rara vez alcanza sus deseos."


~14~

Despertar nunca había sido tan doloroso.

Inmerso en una densa neblina, mi mente luchaba por mantenerse aferrada a un sueño inalcanzable. Un leve dolor se manifestó en el dorso de mi mano derecha, como si algo penetrante molestara mi piel, pero luego intervino un suave contacto que acarició mi mejilla, la cual desencadenaba un torbellino de sensaciones a través de todo mi ser. Mis parpados pesaban como si fueran de plomo, dificultando cualquier intento de abrirlos. Al tratar incorporarme, el dolor de mi mano se hizo agudo, y una presión en la cabeza me hizo fruncir el rostro.

En medio de mi confusión, una voz distante y dulce llenó mi audición, envolviéndome en su calidez. «Shh... shh... no te fuerces demasiado», dijo, y al cabo de unos segundos, entendí que se dirigía a otra persona una vez agregó: «Ya está despertando». Fue entonces que, con esfuerzo, abrí los ojos y me encontré con la vegetación en su mirada.

La de mi novia.

Clíodel.

Una sensación de alivio me inundó al distinguirla por su espléndida melena dorada, si bien la observé de manera borrosa. Pero allí estaba, junto a mí, y con un esfuerzo por calmarla, dibujé una sonrisa mientras tomaba su mano.

—¿Candy...? —murmuré.

Así había llamado a mi novia desde entonces.

Ella me sonrió de vuelta. Sin embargo, los recuerdos turbios comenzaron a emerger en mi mente:

Primero.

Huí de la casa de Tim.

Segundo.

Fui asaltado y Reist me salvó de mi pánico.

Tercero.

Todo se volvió oscuro y confuso...

—¿Dónde estoy? —interrogué, con los ojos entrecerrados—. ¿Qué sucede? —Traté de incorporarme de vuelta, pero el dolor en mi mano derecha se intensificó—. ¡Ah!, y tú, ¿por qué estás aquí?

Clíodel me empujó con suavidad hacia atrás antes de posar los lentes sobre mis ojos.

—Tranquilo, no te muevas tanto —ella volteó la cabeza hacia un lado y yo la seguí, percatándome de la sangre que goteaba por la manguera conectada a la intravenosa que tenía.

El Hermano Mayor De Clío R&R  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora