𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟗.

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~19~

El brazo de mi madre se extendía frente a mí, sosteniendo su móvil con una firmeza inquietante. Mis ojos se ensancharon, atrapados por la sorpresa. En la pantalla brillaba la foto en la que Reist y yo estábamos notoriamente íntimos en el estudio fotográfico, como un secreto desvelado. Tragué con esfuerzo, sintiendo el peso de la revelación en mi garganta.

«Oh, no. Ya se enteró…» pensé, el temor surgiendo en mi pecho.

¿Te preguntas lo qué ocurrió exactamente? Bien, como solía decir mi abuela Georgia, agárrate fuerte porque esto va a ser una montaña rusa de eventos, y créeme, no hay cinturón de seguridad.

 
 
10 HORAS ANTES…
 
 

—«RC 2001…» —murmuré con la lentitud de quien se enfrenta a un dilema persistente.

Me encontraba en mi habitación, sentado frente al ordenador, sumido en una búsqueda que parecía no tener fin, aunque estuviera investigando para uno de mis quehaceres escolares, la incesante curiosidad no dejaba en paz a mis pensamientos. La imagen de aquella figura femenina, oculta bajo un velo de secretos que mi padre tanto guardaba, se revelaba ante mí con una promesa enigmática.

Tecleé las iniciales en Facebook, con la esperanza de hallar algo, cualquier cosa que pudiera desentrañar el misterio, pero sólo encontré un desfile de marcas de autos y motocicletas de carreras, y un extraño dispositivo de descenso de la marca Stein, que entendí, era utilizado para amarrar árboles.

Intenté crear nombres al azar con las mismas iniciales, como si pudiera engañar al destino, pero EVIDENTEMENTE, no funcionó. ¿En qué rábanos estaba pensando? Mi búsqueda parecía una carrera sin meta, y la identidad de RC seguía eludiéndome.

Desesperado, comencé a proponer nombres en voz alta al azar: ¿Ramona? ¿Renata? ¿Ruth? ¿Rebecca? ¿Rita?

Rita…

¡Rita Collins…!

—¡Eso es! —murmuré con ánimo.
Era consciente de que ese nombre correspondía a la madre de Reist, gracias a que, Coralí, mi madre, lo había mencionado anteriormente, así que no dudé ni medio segundo en teclearlo en el buscador. Al instante, Facebook desplegó varios perfiles con aquel nombre, pero uno en particular llamó mi atención: una foto que me era demasiado familiar.

¡Era ella!

La figura enigmática de la fotografía que mi padre había conservado con tanto cuidado. «RC», la madre de Reist, estaba ahí, y la revelación me dejó absorto en un lago de preguntas…

Decidí profundizar en su perfil y descubrí que, en el año 2001, Rita Collins había sido una de las estudiantes destacadas. No era la típica nerd ni mucho menos una chica popular, en cierta forma era una presencia intermedia, siempre vestida con elegancia, con una belleza que destacaba sin esfuerzo, un tanto parecida a sus hijos Reist y Clíodel. Sin embargo, lo que realmente me atrapó fue una foto grupal en particular.

En ella, cuatro parejas se abrazaban y sonreían, vestidas con trajes formales y vestidos de lentejuelas que realzaban la sofisticación del ambiente. Una de las chicas llevaba puesta una pequeña tiara sobre la cabeza, junto con uno de los chicos que también llevaba una corona. El fondo revelaba un amplio gimnasio decorado con cadenetas plateadas, luces de colores y globos en tonos dorados y rosados.

Mi sorpresa creció al reconocer a mis propios padres, jóvenes y radiantes en el lado izquierdo de la imagen; ¡eran los reyes del baile! En el lado derecho, la madre de Reist estaba acompañada de un joven con muy buen aspecto, de cabello castaño oscuro, bien arreglado, con un bigote incipiente que apenas asomaba. ¿Era el padre de Reist?

El Hermano Mayor De Clío R&R  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora