El Hermano Mayor De Clío R&R ©

𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟎𝟓.

~5~

“You got me hypnotized, mesmerized…”
Me tienes hipnotizado, hipnotizado.

El miércoles nos sacaron al patio de la escuela. Estaba saturado de tanta felicidad que el corazón me rebosaba de lo contento, pues me veía sumergido en otra de mis clases predilectas: Arte. Lo curioso del asunto no era el motivo de estar a las afueras del salón, sino que, jamás pensé que la clase prevista para hoy, fuese diferente a las anteriores.

Esta vez, el maestro nos dio la orden a cada uno para que fuésemos libres y siguiéramos al pincel de manera genuina al momento de pintar. ¿No es eso genial? A mi alrededor se ubicaban algunos de mis compañeros, no éramos muchos, cosa que agradecía (solo los que habían escogido esta clase). Por un momento dado, mis ojos recorrieron todo el lugar con la intención de encontrar a Tim. Me hubiese gustado verlo aquí, pero supongo que no se podía a causa de nuestras diferencias de clase.

“You are so close and so far at the same time”.
Estas tan cerca pero tan lejos al mismo tiempo.

Por otro lado, era un gran alivio saber que Reist no estuviese presente en esta clase; sentir el corazón latiéndome a millón por culpa de él, no sería precisamente una sensación de agrado, por el contrario, sería incómodo, y me haría dudar de mi mismo, de lo que en realidad son mis gustos.

No lo sé pero, últimamente me habían estado sucediendo cosas raras cada vez que lo miraba. Eran cosas irreales. Cosas inexplicables. Ahora se me pegó esa canción. My world. ¡Orgh! Por qué tuve que elegir esa en especial…

“I feel that you are the treasure that I can never have”.
Siento que eres el tesoro que nunca podré tener.

Espera… a caso qué, ¿tengo un crush?

Sacudí mi cabeza. Raycob, tu foco ahora es intentar crear una maravilla artística. ¡Céntrate! Créete que eres Leonardo da vinci, sin lucirte. No pienses en ningún crush, me dije. 

El lienzo frente a mi se veía de la misma forma en la que intento hacer los ensayos para la clase de deportes y no tengo nada en la cabeza: en blanco. Sí, se que dije que esta era mi clase favorita, lo cual en absoluto es cierto pero la cuestión es que, no soy tan bueno dibujando.

En mi vista hacia el exterior, había mucho de qué dibujar, estaba al aire libre y por lo tanto, habían variedades de plantas y algunas flores silvestres que podrían servirme de inspiración. Como siempre me senté en el medio. A mi lado derecho estaba Leslie, que se pulía las uñas mientras hacía burbujas con una goma de mascar. Llevaba puesta una camisa color carmesí que cubría nada más la parte de sus pechos, junto con unos vaqueros superajustados. Detrás de ella, estaba su mejor amiga —o como yo suelo pensar que es: más su secuaz que su mejor amiga—, Jenevive, su cabello rojizo estaba recogido en un moño, su cara ya tenía una mancha de pintura.

A mi lado izquierdo estaba un compañero llamado Anthony, me pareció oírlo ¿cantar? No. Más bien, balbucear una canción que me sabía de memoria. Siendo honesto, no negaré que el chico tiene muy buen gusto musical; la canción era de Harry Styles. 'Sings Of The Time' para ser más específico. Sin embargo, esa canción se escuchaba bien feo saliendo de su boca. Estaba claro que aquella pobre alma para nada tenía buena voz. Y bueno, no es ni por ser creído, ni por decir que yo tengo mejor voz (he sido consiente de que canto peor que un gallo con gripe), es solo que, iba por la parte más épica: el puente, y lo estaba empeorando a gran escala. «¡Basta ya, loro!», protestó mi cerebro.

A continuación, Anthony se levantó de su asiento para decirle algo al maestro. Por desgracia aún seguía cantando. Tal vez, en algún momento sin pensar, me uní con él en una parte de la canción; por lo menos mi voz mental sí sabía cantar. De regreso, no sé si pudo leer la expresión de mi rostro, me habló.