6. Una Verdadera Charla
Mis ojos estaban fijos en el televisor,, miraba atentamente como la protagonista de la película le reclamaba a su marido infiel, abrí la boca sorprendida cuando ella le pegó una cachetada.
Últimamente miraba el televisor más que nada, ayudaba a distraer mi mente, ayudaba a que dejara de pensar en el accidente de la hacienda.
― ¿Qué miras? ― La voz de Reginal me sacó de mi estado de concentración.
Ladeé la cabeza, él nunca me hablaba primero, nunca, ¿Había pasado algo malo?
― Una película ― respondí, mis ojos seguían cada movimiento que Reginal hacía ― o una novela, no estoy segura, ¿Por qué?
No respondió, simplemente se sentó al lado mio y empezó a ver la televisión, lo observé fijamente sin comprender lo que quería.
― Esto es un desperdicio de tiempo ― dijo sin dejar de mirar el televisor con el ceño fruncido ― ¿Cómo puedes pasar toda la mañana mirando esto?
― Es entretenido ― respondi ― hace que me distraiga y no piense en otras cosas.
Reginal me miró unos segundos, luego volvió a mirar al televisor.
― Deberías ver cosas que aporten algo ― Sugirió ― como las noticias.
Una mueca se forma en la cara.
― No me gustan las noticias.
El silencio se apoderó de la sala, Reginal miraba fijamente el televisor, yo había desviado la mirada hacia la pared.
― ¿Por qué no te gustan las noticias? ― Reginal rompió el silencio.
Volví a mirarlo, sinceramente no entendía lo que estaba pasando, o si estaba pasando algo, no era normal que Reginal me hablara, no era normal que se sentara al lado mío, era raro.
― Normalmente solo dan malas noticias ― Le respondí sin dejar de mirarlo ― No me gustan las malas noticias.
― Lo se
¿Sabía que no me gustaban las malas noticias? ¿O a él tampoco le gustaban las malas noticias?, no le pregunte.
― ¿Por qué aceptaste casarte conmigo?
No esperaba esta pregunta, fue demasiado repentina, mire a Reginal con el ceño fruncido, mientras buscaba palabras para responder.
― No me preguntaron si quería casarme contigo ― Reginal me miró por primera vez durante la conversación ― Solo me avisaron que lo haría.
― ¿Solo te avisaron?
Me sorprendió su confusión, creía que era algo lógico que yo no hubiera tenido voz en la decisión.
― Si, mi padre llegó a la casa con una sonrisa y me dijo que me iba a casar.
Reginal frunció aún más el ceño a la mención de mi padre.
― Tu padre era una persona horrible.
― Era un hombre ― Me encogí de hombros ― Todos los hombres hacen cosas malas, eso no significa que sean malas personas, mi padre debió tener cosas buenas.
― Tu lo conocías mejor que yo ― Reginal apretó la mandíbula ― pero yo solo recuerdo el día en el que te golpeó.
― Todos los padres golpean a sus hijas ― Respondí
― No cuando están casadas, él no tenía ningún derecho.
― ¿Por qué tú aceptaste casarte conmigo? ― Cambie el tema.
La pregunta fue principalmente para dejar de hablar de mi padre, pero también sentía curiosidad, yo no había tenido opción, pero él sí.
― No lo sé, supongo que estaba algo preocupado por ti.― ¿Preocupado? ― estaba demasiado confundida
Reginal me miro a los ojos y por primera vez no se veían tan oscuros y fríos como siempre, no, se veían tranquilos y por primera vez, el verde de sus ojos era algo notorio
― Eres la hermana de mi mejor amigo y a pesar de que nunca intercambien una palabra contigo, praticamente te vi crecer, supongo que no queria que terminaras con algun viejo idiota, crei que estarias mejor conmigo.
― ¿Te arrepientes de haberte casado conmigo?
― A veces
Nos quedamos en silencio unos minutos, los dos mirábamos atentamente el televisor, pero yo no le prestaba atención a la película, mi mente era un total revoltijo.
― ¿Podemos hablar más seguido? ― Le pregunté.
De alguna manera se sintió bien hablar con él, aunque no fuera totalmente agradable era algo y haber tenido una charla había sido un avance y lo correcto era seguir avanzando, no quedarnos estancados como lo habíamos hecho durante los últimos cinco años.
Reginal pareció pensarlo, no se veía muy seguro, parte de mi nunca entenderá porque parecía oponerse a cualquier interacción conmigo.
― No tengo ningún problema con eso ― termino por decir, yo le regale una pequeña sonrisa.
― Gracias.
Tal vez si empezamos a hablar más podría conocer aunque sea una parte de Reginal, tal vez por fin podría dejar de vivir con un desconocido.
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En Los Años 50
RomanceEn la década de los 50, Elen fue arrastrada a un matrimonio arreglado cuando tenia 15, su esposo nunca pareció amarla, pero de un momento a otro las cosas empezaron a mejorar para después caerse por un precipicio, ¿podrá Elen sobrevivir a todos los...