Capítulo 8.

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8. Escocia

― ¿Ya me vas a decir a dónde vamos? ― Le pregunté a Reginal mientras lo observaba guardar las maletas en el baúl del carro.

Habían pasado unos días desde el incidente, Reginal, a pesar de mis insistencias porque se diera un descanso para poder recuperarse parecía decidido a hacer el mayor esfuerzo posible en cualquier cosa.

― A un lugar, te gustara ― Respondió mientras se montaba en el auto.

Lo mire mal.

― Eso me dice mucho ― Reginal no pareció escucharme, estaba concentrado en encender el auto, cosa que parecía ser más difícil con una solo mano ― Además, ¿Por qué no podemos llevar a Lady? No confío en Bastian para que la cuide.

― No te preocupes ― Respondió cuando por fin fue capaz de encender el carro ― Amenace a tu hermano, si tu perro no está viva para cuando volvamos, le daré una buena paliza

― Eso sin duda me calma ― Me monte en el carro, mirándola insegura ― ¿No es peligroso que manejes con una sola mano?

― No más que dejar a Sebastian a cargo de un ser vivo.

Volví a mirarlo mal.

El carro arrancó, los dos nos mantuvimos en silencio, observaba la ciudad y a las diferentes personas que caminaban por las calles, el camino parecía que iba a ser largo, por lo que aproveché para dormir un poco, cuando Reginal me despertó estábamos en un aeropuerto.

― ¿A dónde vamos a ir? ― Le volví a preguntar mientras entrábamos al aeropuerto.

― Ya te darás cuenta.

Estuvimos un buen rato en la sala de espera, yo estaba extremadamente aburrida, solo esperaba que el viaje no fuera muy largo.

― ¿Vamos a ir muy lejos? ― Le pregunté a Reginal mientras nos montábamos en el avión.

El giro la cabeza para mirarme, pude apreciar una pequeña sonrisa en su rostro.

― Nada exagerado ― Respondió ― y solo son tres paradas, estaremos llegando después del medio día.

Mire el reloj de mano de Reginal, eran las 9 de la mañana, si estábamos llegando después del mediodía, el vuelo no era tan largo.

Nos acomodamos en nuestros asientos, el avión no tardo mucho en despegar, me quedé observando la ventana, hasta lo único que podía distinguir eran nubes y un paisaje lejano, cuando me gire para mirar a Reginal lo vi extremadamente concentrado en la lectura de uno de sus libros de política, por lo que decidí no molestarlo.

Después de un tiempo me canse de estar sentada en silencio, era extremadamente aburrido, lamentablemente había dejado mis revistas de moda en casa, no tenía nada con lo que entretenerme, mire alrededor, buscando algo que hacer, hasta que me di cuenta que al lado de Reginal estaba sentada una mujer, no se veía muy mayor, sonreí.

― Cambiemos de asiento ― le pedí a Reginal

Él levantó la mirada de su libro.

― ¿Para qué? ― me pregunto

― Solo cambiamos de asientos.

Reginal suspiro, pero me hizo caso, se levantó de su asiento y cambiamos.

― Me llamo Elen Miller, encantada de conocerte ― me presente.

La mujer al principio me miró algo confundida, pero se presentó de igual manera.

Converse con ella gran parte del vuelo, miento si digo que recuerdo su nombre, pero me dijo que iba a visitar a un familiar enfermo de su esposo, me pareció muy amable de su parte, a ella también le gustaba la moda, por lo que principalmente hablamos sobre eso, cuando el vuelo finalizó me despedí de ella y fui con Reginal a la sala de espera para poder tomar el siguiente vuelo.

En Los Años 50Donde viven las historias. Descúbrelo ahora