20. Sara Elizabeth Miller.
Observaba la habitación, se veía tan bonita ya con todos los muebles y la cuna, observe por la ventana, era un día lluvioso, pero a pesar de eso era un día tranquilo, me gustaba pasar tiempo en la que sería la habitación de mi bebe, de alguna manera lograba tranquilizarme.
Los últimos días habían sido tranquilos y la mayor molestia que sufría eran las pequeñas falsas contracciones, pero estas solían desaparecer cuando cambiaba la posición en la que me encontraba, por lo que no era una verdadera molestia.
Por eso cuando empecé a sentir el fuerte dolor de una contracción no me preocupe mucho, simplemente empece a caminar alrededor de la habitación, las contracciones no parecían querer parar, me empezaba a preocupar, pues cada vez se hacían más fuertes y se me hacía difícil aguantar mis quejidos de dolor, seguí caminando un buen rato por toda la habitación, pero las contracciones no parecían querer parar, se me hizo imposible evitar soltar pequeños gritos por el dolor, el cual hace rato se había vuelto insoportable.
— Elen, hice la comida... — Reginal entró a la habitación con su típica expresión de "No me importa nadie, odio a todos", pero cuando vio mi clara mueca de dolor esta expresión cambió a una de preocupación — ¿Estás bien? ¿Qué pasa? — preguntó mientras se acercaba a mi.
— Si, estoy bien — Respondí con cierta dificultad — son solo falsas contracciones.
— ¿Estás segura? — Reginal apoyó su mano delicadamente en mi hombro
— Si — Respondí, pero no pude evitar soltar otro quejido, las contracciones cada vez eran más fuertes — estoy bien.
— No te ves bien, deberíamos ir al hospital.
Lo miré algo alarmada.
— No veo la necesidad de ir al hospital — me apresure a decirle — son solo falsas contracciones, estoy bien.
Pero las contracciones se hacían cada vez más fuertes y el dolor dejaba de ser soportable.
— No creo que sean falsas, Elen enserio tenemos que ir al hospital.
Me dejé llevar por Reginal, no pude prestarle atención a nada más que no fuera el fuerte dolor que estaba sintiendo, cuando me di cuenta me encontraba en una habitación de hospital con una enfermera que venía a revisarme cada cierto tiempo.
...
Caminaba de un lado a otro nervioso, había intentado sobornar a la enfermera para que me dejara entrar y ver a Elen, pero la señora era muy ética, me estresa la gente así.
— ¿Cómo va todo? — Bastian entró a la sala y se acercó a mí casi corriendo — ¿Cómo está Elen?
— No tengo ni la más mínima idea, no me quieren decir nada — Respondí
— ¿Ya intentaste sobornarlos? — pregunto.
— ¿Tú qué crees? Les ofrecí mil novaos, ¡eso es más que un sueldo!
— ¿Intentaste ofrecer más?
— Si, pero la gente en los hospitales es muy ética.
Bastián se sentó en una de las sillas, sacó dos cigarrillos, encendió uno y me ofreció el otro, lo tome sin dudarlo.
— Por el momento no hay mucho que podamos hacer — su tranquilidad me parecía casi insultante — solo toca esperar a que llegue Taylor.
Lo miré notablemente confundido.
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En Los Años 50
RomantiekEn la década de los 50, Elen fue arrastrada a un matrimonio arreglado cuando tenia 15, su esposo nunca pareció amarla, pero de un momento a otro las cosas empezaron a mejorar para después caerse por un precipicio, ¿podrá Elen sobrevivir a todos los...