4. Desagradable visita, agradable encuentro.
Me apresure a levantarme del sofá cuando escuche como sonaba él timbre, Eran las siete de la mañana, ¿quien iba de visita a esa hora? Tal vez Bastian se había aburrido de hacer nada en su casa y había decidido venir y molestar a Reginal, pero luego lo pensé bien, Sebastian nunca madruga, ni siquiera para hacer algo que lo divierta tanto como molestar a mi marido.
Cuando abrí la puerta fui inmediatamente empujada, cuando salí del desconcierto vi la cabellera rubia de mi cuñada caminar hacia las escaleras, lo que me faltaba.
― Buenos días Natalie, ¿Que puedo ofrecerte? ―le pregunté ignorando por completo el hecho de que había entrado a mi casa sin siquiera pedir permiso.
― Mi hermano se metió en una pelea en la salió herido, y tú no tuviste la decencia de decirme, tuve que enterarme por los chismes.
La mire confundida, le había enviado una carta tanto a ella como a Andrea informándoles de la situación de su hermano, probablemente Natalie la boto apenas vio mi nombre, por lo que su tuvo que enterar por los chismes, no lo dije, pelear con Natalie era una guerra perdida y yo no queria ningun tipo de problema con nadie.
― ¡por dios! – Dijo cuando entró a mi habitación y vio a Reginal– mi pobre hermanito – ella se acercó a él, Reginal colocó una mueca cuando ella se acerco y lo abrazo– te han desfigurado.
Ella exageraba, no lo habían desfigurado, Reginal se veía bien, le iban a quedar unas pequeñas cicatrices pero nada más grave, Y en cuanto a salud estaba perfecto, pero había decidido tomar una semana de descanso.
Me quedé en la entrada de la habitación junto a Lady, permitiendo a los dos hermanos hablar.
― Exageras Natalie – fue lo único que le dijo Reginal a su hermana.
― ¿Exagero? ¿te has visto en un espejo? – le pregunto la rubia su hermano – lo bueno es que ya llamé a mi médico, él viene en camino
― Te diré lo mismo que le dije a Elen, sacaré a balazos al primer médico que entre por la puerta de mi casa.
Al menos Natalie entendía la terquedad de su hermano, porque no insistió más en el tema del médico.
― Déjame revisar tus heridas entonces.
― Elen se encargó de eso hace dos días, cuando fue la pelea, llegas algo tarde.
― ¿Y vas a confiar en que lo haya hecho bien?
Sentí que no tenía derecho de ofenderse por las palabras de Natalie, todo el mundo sabía que era pésima en cualquier cosa que tuviera que ver con medicina, enfermedades o cosas por el estilo.
― Pues han curado muy bien ― Su mirada se fijó en mí ― Elen, ve y prepara un Té a Natalie, mientras ella y yo hablamos. ― Ordeno
En parte agradecí esto, quería irme. La presencia de Natalie solía incomodarme.
Bajé con tranquilidad hacia la cocina y empecé a hervir el agua, estaba tranquila, solo tenía que contener mis impulsos de echarle veneno al te de mi cuñada.
Cuando estuvo listo coloque las tazas en la mesita de la sala y me dediqué a leer una de mis revistas de moda, Lady se sentó al lado mio.
― ¿Vas a querer tomar el té? ― Le pregunté a Natalie cuando bajó.
― Preferiría morir antes que tomar algo que tú hagas ― Dijo y se fue de la misma manera que llegó.
Pestañee unas cuantas veces, al menos esta había sido una visita rápida, una vez Natalie se había quedado por horas en la casa observando todo lo que hacía y criticándome.
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En Los Años 50
RomansEn la década de los 50, Elen fue arrastrada a un matrimonio arreglado cuando tenia 15, su esposo nunca pareció amarla, pero de un momento a otro las cosas empezaron a mejorar para después caerse por un precipicio, ¿podrá Elen sobrevivir a todos los...