19. Fiesta de Cumpleaños
Observe las muñecas que habían en los diferentes estantes, todas estaban bien arregladas y empacadas, pero ninguna lograba convencerme, camine alrededor de los estantes buscando una muñeca que al menos cautivar mi atención más de dos segundos, empezaba a frustrarme, cuando al fondo de uno de los estantes logre visualizar una muñeca, estaba suelta, no estaba guardada en ninguna caja, la tome delicadamente entre mis manos, tenía el cabello de un color castaño rojizo, ojos negros y su piel no tenia ningún tipo de color, era perfecta para Leo.
— ¿Ya asumiste el género de nuestro hijo? — Reginal me pregunto.
Desde que se dio cuenta de que sin importar cuantas veces se disculpara no iba a dejar de ignorarlo me había empezado a seguir a todos lados, no había lugar al que yo pudiera ir sin que él fuera detrás mío.
Ignore por completo su pregunta y me dirigí al mostrador para pagar la muñeca.
— ¿No te parece algo fea? — cuestionó — había muñecas mucho más bonitas, además esa ni caja tiene, probablemente tenga algún defecto y no sea de buena calidad.
Lo mire mal y luego pague la muñeca, sinceramente su opinión no podía importarme menos, en especial en casos como este en el que estaba 100% segura de mi decisión, la muñeca me parecía muy bonita y no tenia ningún problema con el hecho de que no tuviera caja, yo misma podía empacarla, no tenia ningún problema en hacerlo.
Al día siguiente me arregle, no de manera muy formal, pero tampoco muy informal, me coloque un sencillo vestido amarillo y deje mi cabello suelto, me coloque unos tacones y baje dispuesta a ir a la casa de mi amiga,
— ¿A dónde vas? — Reginal pregunto mientras me observa buscar las llaves del auto.
— Hoy es el cumpleaños de Leo — Respondí, sabiendo que Reginal no me dejaría ir hasta que le respondiera.
— Voy contigo — Dijo levantándose del sofá, mirándome con una sonrisa.
— No estás invitado — le respondí sin dejar de buscar las llaves.
— Elen tienes ocho meses de embarazo, sería una responsabilidad de mi parte dejarte salir sola, no discutas, ve yendo al carro, yo busco las llaves.
Lo mire unos segundos, dispuesta a negarme, pero a mi no se me antojaba para nada manejar, por lo que simplemente lo mire mal y salí de la casa.
— Elen, qué alegría verte.
La suerte no estaba de mi lado.
— Natalie, te ves bien hoy — respondí el saludo con una sonrisa, la cual espero que no se note mucho lo forzada que era.
— Digo lo mismo — Natalie me miró de pies a cabeza, su sonrisa se desvaneció por unos segundos — ¿Con quien vas a verte?
— Con nadie en específico — Respondí, sin entender muy bien las intenciones de mi cuñada
— ¿Enserio? — me pregunto — se me hace raro, ¿Por qué saldrías sola? ¿Vas a ver al padre de tu bebe?
La sonrisa en mi rostro se desvaneció por completo al escuchar las palabras de Natalie.
— El padre de mi bebe se encuentra dentro de nuestra casa en este momento, buscando las llaves del carro.
Natalie soltó una pequeña risa.
— No es necesario mentir Elen, todos saben que mi hermano nunca te mira dos veces, mucho menos se atreverá a tocarte — Volvió a mirarme de pies a cabeza — no eres para nada su tipo.
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En Los Años 50
Любовные романыEn la década de los 50, Elen fue arrastrada a un matrimonio arreglado cuando tenia 15, su esposo nunca pareció amarla, pero de un momento a otro las cosas empezaron a mejorar para después caerse por un precipicio, ¿podrá Elen sobrevivir a todos los...