VIII. I Wanna Be Yours

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"Secrets I have held in my heart
Are harder to hide than I thought
Maybe I just wanna be yours
I wanna be yours, I wanna be yours"

.・✫・゜・。.

Timothée nunca había deseado tanto estar cerca de una persona, oler su perfume y escuchar su melódica voz. Pero eso es lo que le estaba sucediendo con ____, desde que la conoció no la pudo sacar de su cabeza, pensó que era porque simplemente le parecía bonita y que en un futuro sería una gran amiga, pero se equívoco y ahora se estaba volviendo loco.

—¿____?—llamo a la antes mencionada.

—¿Si, Timothée?—la pelinegra apartó la vista del pequeño libro que tenía en manos y lo miro directamente.

Ni siquiera sabía lo que estaba haciendo, pero estaba harto de no poder hacer todo lo que necesitaba con ____.

—Quiero... —dio un gran suspiro y apretó los puños. El podía hacerlo.

—¿Quieres...?—la chica siguió el juego divertida.

El castaño miro a todos lados, tratando de evitar la mirada cautivadora de sus ojos para poder tomar las agallas y decirle todo lo que sentía su corazón.

—Quiero—si puedes, Timothée—... Comer pan—no, no puedes.

¿Comer pan, en serio? ¿Era lo único que se le había ocurrido?

La chica soltó una fuerte carcajada, —Vaya, metes mucho drama para solo decir que quieres pan.

Timothée sintió la sangre subir a su cabeza y sus mejillas enrojecer. Había quedado como un completo estúpido.

—Pero no te preocupes—la pelinegra soltó el libro que tenía en manos y se levantó del sofá—. Tendrás tu pan.

Sabía que no podía estropearlo más, y realmente no le gustaría hacerlo, así que simplemente se rindió consigo mismo y decidió ir por un estúpido pan con café, pero al menos con la mejor persona que hubiera podido pedir.

Cuando llegaron fue diferente a lo que creía, el lugar era una linda cafetería minimalista, había varias plantas colgando de las paredes de esta y luz calida en las pequeñas lámparas.

—Es muy lindo—nos formamos en la fila para poder ordenar—. ¿Vienes aquí seguido?

—Sip—me dio una gran sonrisa—. Aunque últimamente he dejado de venir tanto, mi horario es muy agotador.

Y no la culpaba, parecía un buen lugar para pasar el rato.

La voz de otra persona nos interrumpió.

—¡____!—la llamó un chico pelinegro, algo bajo y con una voz chillona—. Hace mucho que no te veía por aquí, ¿lo mismo de siempre?

—Por favor—volteó a verme—. ¿Tú qué tipo de pan quieres?

—El que sea, pero que sea un pan caliente—la pelinegra soltó una carcajada.

—Y para él pan, uno caliente—la chica saco su cartera de su abrigo.

—No, por favor—detuve su mano con un toque que me erizo la piel por completo—. Yo pagaré, te hice venir hasta aquí con este frío solo por mi estúpido pan, dejame pagarlo.

𝙊𝙉𝙀 𝙎𝙃𝙊𝙏𝙎 {Timothée Chalamet}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora